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Más bebés probeta en camino

Investigadores británicos desarrollan novedosa técnica para mejorar la tasa de éxito de los procedimientos de fertilización in vitro. Otros creen estar cada vez más cerca de la reproducción asistida a partir de tres progenitores

Autor:

Patricia Cáceres

Cuando los científicos británicos Robert Edwards y Patrick Steptoe hicieron posible que naciera la primera bebé probeta, en 1978, revolucionaron para siempre el conocimiento sobre la reproducción humana. Procesos biológicos esenciales como la fertilización y la formación del embrión, también podían ocurrir dentro de un laboratorio.

Apenas tres décadas después, gracias a los avances en la reproducción asistida, se estima que unos cinco millones de bebés han nacido sanos y fuertes en todo el mundo. Sin embargo, para alegría de muchos padres con problemas de fertilidad, cada vez la ciencia arroja más luz sobre este sorprendente tratamiento.

Así lo demuestra una técnica desarrollada por investigadores británicos del grupo de fertilidad CARE, que consiste en sacarles miles de fotos a los embriones durante su etapa inicial de desarrollo, lo cual —aseguran— podría mejorar significativamente la tasa de éxito de los procedimientos de fertilización in vitro.

Según la revista Reproductive BioMedicine Online, el método puede usarse para seleccionar los embriones que se desarrollan correctamente y que cuentan con mayores probabilidades de resultar en nacimientos exitosos. Dicha selección puede mejorar las tasas de natalidad en un 56 por ciento.

Para arribar a tales conclusiones, el equipo de expertos fotografió a 88 embriones, que después fueron implantados en la clínica de fertilidad CARE, en la ciudad británica de Manchester.

Se colocaron los embriones en una incubadora y se fotografiaron entre diez y 20 minutos consecutivamente. Luego de observar su desarrollo en ciertos puntos claves, los especialistas los catalogaron de «bajo», «medio» o «alto» riesgo de sufrir anomalías cromosómicas.

Finalmente 11 niños nacieron del grupo de bajo riesgo (61 por ciento de tasa de éxito), mientras que solo cinco nacieron de la categoría de riesgo medio (19 por ciento) y no hubo ningún nacimiento exitoso entre los que se consideraban de alto riesgo.

Reproductive BioMedicine Online refiere que en una fertilización in vitro estándar los embriones son retirados de la incubadora una vez al día para ser analizados en el microscopio y tomarles una fotografía, lo cual implica sacarlos brevemente de un entorno con una temperatura controlada.

Con la nueva técnica planteada en el estudio, los embriones permanecen en la incubadora hasta que se implantan en la madre, y se les toma un promedio de 5 000 imágenes.

«Este es quizá el acontecimiento más emocionante y significativo que ha ocurrido para quienes buscan someterse a un programa de fertilización in vitro en los 35 años que llevo trabajando en este campo», expresó Simon Fishel, director general del Grupo de Fertilidad CARE.

«Esta tecnología nos ayuda a determinar cuál es el embrión más viable y el que tiene mayor potencial para resultar en un embarazo exitoso», agregó.

Si bien algunos expertos juzgan la técnica con ojos optimistas, otros afirman que el estudio fue muy pequeño como para sacar conclusiones definitivas.

«Son resultados muy interesantes, pero es importante tener en cuenta que se trata de un estudio muy pequeño y cualquier interpretación de los resultados debe hacerse con cautela, ya que están en juego las esperanzas y expectativas de los pacientes», afirmó Virginia Bolton, de la unidad de concepción asistida de la fundación Guy’s and St. Thomas, del NHS, el servicio público de salud británico.

Opinión similar tiene Sheena Lewis, profesora de Medicina reproductiva de la Queen’s University, en Belfast, quien considera que «esta puede ser la técnica que tanto hemos estado esperando para facilitar la selección de embriones y por lo tanto mejorar los tratamientos de fertilidad artificial.

«Sin embargo, este es un estudio bastante reducido y solo incluye el seguimiento de algunos embriones desde el momento de su creación. Va a ser necesario continuar con la investigación antes de que se convierta en una herramienta clínica de rutina», declaró.

Hijo de tres

Si hasta hace muy poco, como regla biológica, solo existían mamá y papá, en el futuro esto podría ser diferente. Aunque muy controvertidos, los primeros ensayos en óvulos humanos y en animales demuestran que la fertilización in vitro con tres progenitores está cerca de ser una realidad.

Una investigación realizada por la Universidad de Oregon, en Beaverton, Estados Unidos, y publicada a finales de 2012 en la revista Nature, indica que al mezclar material genético de tres donantes adultos se logra crear embriones sanos.

Al parecer la técnica está diseñada para prevenir las llamadas enfermedades mitocondriales, causadas por defectos en la mitocondria, el «motor» de las células, y que provocan serias discapacidades como debilidad muscular, ceguera e insuficiencia cardíaca. Estas se transfieren solo de la madre al niño.

Al decir de los expertos, con este procedimiento de fertilización se sustituye la mitocondria defectuosa de la madre por la de una donante sana.

Pero como la mitocondria contiene sus propios genes y ADN, esto significa que el embrión generado con este procedimiento contiene material genético de tres personas: sus padres y la donante.

Según Nature, los investigadores han descubierto dos formas de crear embriones con reemplazo de mitocondria. Una es extraer el núcleo del óvulo de la madre y colocarlo en el óvulo de una donante con mitocondria sana, al cual se le ha extraído su propio núcleo. Este nuevo óvulo sería posteriormente fertilizado con el esperma del padre.

Otra forma consiste en fertilizar el óvulo de la madre antes de extraerle el núcleo y colocarlo en el óvulo de la donante. Sin embargo, la reciente investigación prefirió emplear el primer método.

Los especialistas de la Universidad de Oregon utilizaron para sus experimentos los óvulos de siete mujeres voluntarias. Luego reemplazaron el ADN mitocondrial de 65 de los óvulos, y los analizaron durante la siguiente semana para observar su desarrollo.

Los resultados indicaron que el ritmo de fertilización fue similar al de 33 óvulos que no habían sido manipulados. Los que lograron fertilizarse de forma normal, se desarrollaron hasta un estado temprano del desarrollo embrionario conocido como blástula, en cinco o seis días, momento en que los embriones que serán utilizados en fertilización in vitro por lo general se transfieren al útero materno.

El doctor Masahito Tachibana, líder de la investigación, y sus colegas afirman que, al menos en el laboratorio, la técnica puede funcionar. No obstante todavía no se puede afirmar que conduzca al nacimiento de un bebé sano.

En 2009 el grupo de científicos de Oregon aplicó el mismo  procedimiento en cuatro ejemplares de mono que, después de cuatro años, parecen estar totalmente sanos. Los ensayos con ratones también parecen exitosos. Pero en el caso de los humanos, la cosa es distinta.

En el Reino Unido se está desarrollando una consulta pública sobre la ética de este procedimiento. Aunque en este país está permitido, solo es posible desarrollarlo en el laboratorio y los embriones creados no pueden usarse en tratamientos. Deben ser destruidos.

In Vitro

La fecundación o fertilización in vitro (FIV o IVF, por sus siglas en inglés) es uno de los métodos más utilizados en la reproducción asistida y una de las mejores opciones para el tratamiento de la infertilidad o problemas de abortos frecuentes y sistemáticos.

El método consiste en unir óvulos y espermatozoides en un medio de cultivo para que fecunden, cuando esto no se logra de forma natural. Antes de los 14 días, el ovocito fecundado puede ser transferido al útero de la mujer para iniciar un embarazo.

Los expertos aseguran que los resultados en pacientes de menos de 38 años, y con una buena respuesta ovárica al tratamiento, son aproximadamente del 70 por ciento de éxito. Y cuando se realizan hasta cuatro intentos, la tasa de embarazo es superior al 90 por ciento.

Para ser exitoso, el procedimiento requiere de mucho cuidado y control especializado. El primer paso es valorar tanto las características de los óvulos como de los espermatozoides. Luego se debe preparar a cada mujer teniendo en cuenta su edad, niveles hormonales, estado de salud en general y antecedentes ginecológicos, entre otros factores.

El término in vitro significa en latín «en cristal», y se utilizó para describir esta técnica debido a que inicialmente se utilizaban recipientes de ese material para realizar las fecundaciones. En la actualidad se pueden realizar en placas de petri o plástico.

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