WASHINGTON, mayo 15.— Las personas que padecen trastornos del espectro autista a menudo tienen dificultad para comunicarse e interactuar con los demás porque procesan de manera diferente el lenguaje, las expresiones faciales y las señales sociales.
Ya se había sugerido anteriormente que el propranolol (llamado también propanolol), un fármaco usado habitualmente para tratar la presión arterial alta, la ansiedad y el pánico, podía mejorar las habilidades de lenguaje y las capacidades de interacción social de personas con trastornos del espectro autista.
Ahora, unos investigadores han llegado a la conclusión de que este medicamento también podría ayudar a mejorar la memoria de trabajo en autistas, señala el sitio Noticiasdelaciencia.com.
La memoria de trabajo es la habilidad de manipular y usar la información almacenada brevemente en la mente. Es la que nos permite, por ejemplo, recordar un número telefónico que nos acaban de decir por vez primera, de manera que podamos marcarlo de un tirón, aunque instantes después ya no lo recordemos. También es la que nos permite hacer más de una cosa a la vez, o prestar atención a todo aquello que la requiera, según vaya surgiendo a cada momento y aunque se solape con otras cosas a las que ya les estemos prestando atención.
El equipo del neurólogo David Beversdorf y el neuropsicólogo Shawn Christ, de la Universidad de Misuri en la ciudad estadounidense de Columbia, encontró que el propranolol aumentó la eficiencia de la memoria de trabajo en una muestra de 14 adultos jóvenes autistas, pero tuvo poco o ningún efecto en un grupo de 13 participantes del estudio que no eran autistas.
Los investigadores no recomiendan que los médicos prescriban propranolol sólo para mejorar la memoria de trabajo en personas con trastornos del espectro autista, sino que los pacientes autistas a quienes se les recete propranolol por una razón diferente, como por ejemplo ansiedad, también podrían ver una mejoría en la memoria de trabajo.
En la investigación también han trabajado Kimberly Bodner de la Universidad de Misuri, y Sanjida Saklayen de la Universidad Estatal de Ohio.