Los robots podrían ser sensibles al tacto gracias a una nueva tecnología que combina sensores elaborados con nanocables de óxido de zinc, formando una matriz de 8 000 transistores. La iniciativa de científicos estadounidenses y chinos logró imitar artificialmente el sentido humano del tacto, con sensores capaces de producir independientemente una señal electrónica cuando se les somete a tensión mecánica, creando una sensibilidad comparable a la de un dedo humano.