Cole Palmer fue elegido MVP de la final con dos goles y asistencia. Autor: Instagram Publicado: 13/07/2025 | 09:03 pm
Dos historias y esquemas diferentes saltaron al campo de este domingo con un mismo propósito: alcanzar la gloria en el nuevo Mundial de Clubes de fútbol. El estadio MetLife, de Nueva Jersey, fue el escenario perfecto para que el Chelsea y el París Saint-Germain protagonizaran el último capítulo del nuevo torneo organizado por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), en el que los londinenses sorprendieron hasta a los más incrédulos del planeta y vencieron a los franceses por tres a cero.
¿Serían capaces los ingleses de dar la campanada, o la final estaba casi decantada para el club de la capital gala? Esa era la interrogante que nos hacíamos en la previa. Pero lo cierto es que había más que un trofeo en juego. Para los parisinos, una victoria constituía un paso más para consumar una temporada única en la historia con el septete de títulos y una inyección de confianza de cara a la próxima campaña. Mientras que un triunfo del Chelsea representaba un golpe de autoridad de los blues ante el mejor equipo del mundo en la actualidad y consolidaba el proyecto del técnico Enzo Maresca.
Y así de apasionante y bello es el fútbol. Un Chelsea sin marketing, sin mucha prensa, sin grandes nombres aspirantes al Balón de Oro, sin protagonismo en las casas de apuesta, avanzó partido a partido hacia la disputa de la corona. Y este domingo no creyó en la imbatibilidad del PSG y se plantó en el campo sin complejos. A tal punto que hizo recordar cuando vencieron al super Barcelona de Guardiola, Messi y compañía en las semis de la Champions de 2012 y luego arrebataron la Orejona al Bayern de Múnich, aunque en aquella ocasión con un estilo poco atractivo.
Los blues comenzaron con una marca fuerte, presión sobre el hombre con el balón y obstaculizaron la fluidez de la mediacancha rival con un trabajo serio y organizado. En tanto, el PSG dominaba la pelota y gozaba de algunas ocasiones claras salvadas por el arquero Robert Sánchez y la defensa londinense. Al minuto 22, Cole Palmer enfrió a los aficionados parisinos y a todos los especialistas que dieron al PSG como amplio favorito. Y realmente lo era, tanto por nivel de juego, como por títulos ganados esta temporada y calidad de su plantel.
Pero Palmer tuvo su tarde consagratoria y se presentó al mundo como una futura estrella del planeta fútbol en los próximos años. Primero falló en defensa el mejor lateral izquierdo de la actualidad, Nuno Mendes, y Palmer acarició el balón y lo puso pegado al poste izquierdo de Donnarumma para darle ventaja a los blues. Las casas de apuesta estallaban. Solo ocho minutos después, otra vez Cole, tomó la esférica y en un jugada individual dentro del área esquivó a los defensores y batió al portero italiano con un disparo similar al de su primera anotación para aumentar el marcador.
¡Qué final de Palmer! Cuando las papas queman, aparecen los grandes jugadores. El inglés marcaba su séptimo gol en las seis finales que ha disputado en su carrera y el número 18 de la temporada, junto a otras 14 asistencias. Y, por si fuera poco, al 43´ condujo una transición rápida del Chelsea, frotó la lámpara de genio y sacó la magia con un pase milimétrico entre la zaga parisina para que João Pedro pusiera el tercero y el marcador definitivo. Tres por cero al 43´. Jacque mate en el primer tiempo.
Los parisinos estaban en shock. «Agua de su propia medicina», diría un amigo. Para que tengamos una idea, los dirigidos por Luis Enrique (PSG) se habían mostrado prácticamente imbatibles al conceder un gol en todo el torneo antes de la final. En su camino golearon al Atlético de Madrid por 4 a 0, solo necesitaron 45 minutos para dejar sin oportunidades al Inter de Miami en octavos de final, en cuartos derrotaron al poderoso Bayern de Múnich y, en semis, les sobró media mitad para vencer al Real Madrid con una masterclass de fútbol.
Los franceses se mostraron erráticos y con pocas ideas pese a tener el dominio del balón. París, la ciudad de la luz y el glamour, desde mayo también se transformó en la urbe de la UEFA Champions League y venció uno de sus fantasmas al triufar en la Liga de Campeones de Europa, pero este domingo no pudo deshacerse de otro: su primer Mundial de Clubes. Un resultado que le priva de alcanzar por primera vez en la historia un septete de títulos, aunque para nada empaña la excelente temporada de sus muchachos.
Al otro lado, el Chelsea encamina su regreso a la élite de clubes europeos. Tras coronarse monarca de la Conference League, y ser el único club que ha ganado todas las competiciones de la UEFA: Champions League (2011-2012 y 2020-2021), Europa League (2012-2013 Y 2018-2019), Supercopa de la UEFA (1998 y 2021), Recopa de Europa (1970-1971 y 1997-1998) y Conference League (2024-2025), ahora sumaron otra hazaña al convertirse en el primer campeón del Mundial de Clubes en el nuevo formato. Antes, ganaron uno en el año 2021 y habían sido subcampeones en el 2012.