La pareja cubana no tuvo problemas para imponerse a sus rivales. Autor: Mónica RF Publicado: 29/07/2019 | 10:22 pm
Lima.— Cuando usted vea a los pistoleros Laina Pérez y Jorge Grau juntos no se les ponga a tiro. Si separados tienen la puntería fina, enyuntados son igual de letales, aunque se hayan entrenado con bolas o imitando con los labios el silbido. Donde ponen el ojo, ya sabe…
Los campeones panamericanos en la pistola de aire a diez metros en uno y otro sexos, sumaron ayer otro título para la delegación cubana en la modalidad mixta de esa arma a la misma distancia, y han colocado al tiro deportivo en un deporte con serias pretensiones de ser el mejor del año en la Isla.
Después de sus demostraciones de manera individual, aumentaron las «apuestas» por el tándem de la Mayor de las Antillas, que supo salir de un mal momento en la ronda de eliminación directa y luego remató brutalmente con una precisión en sus disparos que dejó en plata al equipo estadounidense.
«Es difícil ir tiro a tiro y ver que estás al borde de la eliminación cuando tienes las medallas en la mirilla, pero debes seguir concentrado en tu actuación. Estoy muy feliz con esta segunda medalla de oro, porque todos los rivales son de un alto nivel, con mucha experiencia internacional», comentó Laina.
La matancera confesó a JR que esa victoria estaba dentro de los pronósticos, pero que al ver la calidad de los oponentes, por un momento, pensó que la tarea iba a ser más complicada de lo esperado. Con todo y la importancia de este título, a la yumurina todavía le tiemblan las piernas al pensar en su primer metal dorado, obtenido el sábado de manera individual, que le aseguró estar presente bajo los cinco aros el próximo verano, en Tokio, Japón. La muchachita le está agarrando el gusto a ganar.
Para Grau, más experimentado, esta prueba es más difícil que la individual. «Entran solo cinco equipos, y si avanzar a la final es complicado, imagínate ganarla, uno no puede perder la concentración en el trabajo táctico», explicó el guantanamero.
Ambos le agradecen al Inder por la ayuda, pues el tiro es un deporte muy costoso y Cuba no cuenta con las condiciones ideales para su práctica; sin embargo, les diseñaron una estrategia para llegar en las mejores condiciones a los juegos, y aquí está el resultado. Histórico, del que se hablará durante mucho tiempo. Si cabe, una proeza.
Además de esas tres preseas doradas, los caribeños han hecho diana en una de plata que Eglys de la Cruz estuvo a punto de convertir en áurea en el rifle en tres posiciones a 50 metros y Sheyla González impactó un bronce en la pistola de aire a diez metros para no dejar sola a Laina ese día en el podio.
Queda, todavía, Leuris Pupo. Y apuesto a que alguna que otra presa más cae en el jamo, porque los tiradores cubanos han llegado a Lima con un ojo frente al que nadie quiere ponerse, sea cual sea el arma. Y eso que no han tenido casi municiones en la cartuchera.