Yarisley Silva, una de las favoritas al cetro. Autor: IAAF Publicado: 21/09/2017 | 06:13 pm
Entre las pruebas de atletismo de los XVII Juegos Panamericanos, habrá una de altura, no solo por los metros que despegarán del suelo las atletas, sino por la calidad de tres de ellas. El salto con pértiga reunirá a la estadounidense Jennifer Surh, la brasileña Fabiana Murer y la cubana Yarisley Silva. Rango de mundial tendrá esa competencia.
Es muy probable que las tres se acomoden en el podio. Cualquiera que sea el orden no sorprendería. Talento tienen para liderar la justa. Y se conocen muy bien.
Fabiana lleva a Toronto su título del orbe en 2011 con 4.85 metros como su mejor credencial histórica y las ansias de recuperar la supremacía continental lograda en Río de Janeiro 2007, al rebasar la varilla sobre 4.60. En esa cita Yarisley fue tercer lugar con 4.30 metros. En la actual temporada tiene un registro de 4.80, que la catapultó al tercer lugar en el ranking mundial.
De las tres, la norteña y reina olímpica en Londres 2012, tiene este año la mejor marca: 4.82 metros, y con ese brinco auxiliada por la garrocha es la mujer que más cerca ha estado del cielo en 2015.
La criolla, monarca vigente de los Juegos Panamericanos, tras saltar más que sus rivales en Guadalajara 2011, estampó hace unos días 4.73 en París, durante una de las paradas de la Liga del Diamante, y ese resultado reverdece sus aspiraciones para tratar de ratificarse aquí como la mejor de América.
Fabiana y Yarisley han sido campeonas en este tipo de justas multidisciplinarias de América; Jennifer quiere imitarlas. Fabiana y Jennifer han rebasado los 4.80 metros este año; Yarisley no, pero se acercó hace poco. Las tres estarán en agosto en el Campeonato Mundial al aire libre en China. O sea, este es un buen momento para exhibir con qué cuenta cada una con miras a esa cita.
Tres mujeres por aprovechar al máximo su talento, su concentración, su capacidad para desafiar la ley de la Gravedad con el auxilio de una simple varilla dúctil. Será la batalla de Toronto por acariciar las nubes. Lloverán emociones y rivalidad.