Cumplido el trámite de ganar el primer set en la presente Liga Mundial de voleibol, el equipo cubano sacó las fuerzas necesarias para regresar a casa también con un triunfo en el morral, conseguido durante una batalla de cinco sets frente a la selección de Argentina.
Llevaban tres derrotas consecutivas los dirigidos por Rodolfo Sánchez, y el inicio del duelo de despedida en la ciudad de Mendoza no fue alentador. El adverso 17-25 pareció un mal presagio, pero el viento cambió lo suficiente para soltar las velas, y gracias a la agresividad en el servicio, una reducción notable de los errores, y la incontenible ofensiva de Rolando Cepeda —27 puntos en la noche—, los triunfos parciales por 25-17 y 25-21 fueron bálsamos para tantas heridas.
Los anfitriones, de probada calidad y talento, corrigieron el tiro hasta equilibrar el marcador con un salvador 25-16 que dejó lista la escena para la muerte súbita. Punto a punto se fue llenando la pizarra hasta que Lisván Osoria, en un mano a mano sobre la net, puso la ventaja de 6-5. En lo adelante, el ataque de Cepeda, Javier Jiménez y el jovencito Osmany Uriarte puso punto final con un 15-10 tan añorado como luchado.
De tal forma, el elenco cubano sumó sus dos primeros puntos en el grupo C, correspondiente al segundo nivel del torneo, y regresa a casa en busca de más recompensa cuando enfrente a Bulgaria el próximo fin de semana.