Seamos francos. El nivel de unos Juegos Centroamericanos y del Caribe no es nada del otro mundo, más bien de este. Hablamos de una competición en la que Cuba debe y tiene que imponerse, aun cuando México sea local y nos haya hecho «la vida un yogurt» en los primeros diez días, al punto de todavía dominar el medallero general. Por eso, jactarnos de que tenemos nueve púgiles en las semifinales del boxeo sería pecar de pretenciosos.
Pero hay momentos en los que hay que ser pretenciosos, en los que es obligatorio alardear. No se trata de un deporte equis, vamos, que somos campeones de la cuarta Serie Mundial de Boxeo y de otro montón de cosas que ahora no recuerdo.
Resulta bien fácil vaticinar que dominaremos sobre el ring, pero, ¿cuántos títulos aportaremos exactamente?
Este lunes los Domadores y los que no son Domadores colaron otros cuatro muchachones en semifinales y, como dije, ya son nueve a las puertas de la discusión del oro en esta XXII edición de la justa regional, con sede en Veracruz. Nueve porque Santiago Amador (49 kg) cedió por votación unánime (0-3) ante el colombiano Yuberjen Herney Martínez en cuartos de final (29-28, 30-27 y 29-28) y quebró el paso invicto.
Pero no discutamos sobre derrotas y dejémosles los pronósticos a los meteorólogos. Resulta que cuatro cubanos aseguraron medalla de bronce en la décima jornada y avanzaron a semifinales. Así, el campeón olímpico de Londres 2012, Robeisy Ramírez (56 kg), dispuso del boricua Joshuanthony Ortiz, con pizarra de 30-27, 30-27 y 30-27.
Mientras, Yasniel Toledo (64 kg) derrotó fácilmente al costarricense Eduardo Sánchez, repitiendo en tres rounds el contador de su compatriota, para hacer valer su condición de multimedallista en campeonatos mundiales. En la división de los 60 kilogramos, el as del orbe en Bakú 2011, Lázaro Álvarez, vapuleó al colombiano Faider Luis Hernández (también por 30-27, 30-27 y 30-27).
El pinareño Roniel Iglesias, monarca en Londres 2012, venció al dominicano Alberto Puello tras tres cómodos parciales (30-26, 30-27 y 29-28) y redondeó la casi impecable actuación cubana.