Yarisley aún tiene fresca su corona del Mundial bajo techo. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:46 pm
Entre la lluvia matutina, la pista con charquitos, el fango, las muchachas corriendo y los árbitros con sus habituales: «No puedes estar aquí, échate para allá, el área de la prensa es aquella», no sabía dónde poner un pie. Pero la vi a lo lejos y, ¡vamos!, ni amarrándome a las gradas me hacían perder el chance. Yarisley Silva estaba calentando —si es que el frío de la llovizna lo permitía— para competir en la Copa Cuba de atletismo, cuando el mal tiempo frenó de sopetón el concurso de las pertiguistas y me guiñó un ojo, como diciendo: «Aprovecha ahora».
—Háblanos del Campeonato Mundial de Atletismo bajo techo y tu primer título en una justa grande.
—Realmente me sentía un poco desorientada porque tuve muchas afectaciones en los entrenamientos y no llegué al mitin de Birmingham —semanas antes— muy bien preparada. Entonces mi entrenador —Alexander Navas— y yo decidimos retirarnos e ir a Pamplona a pulir algunos detalles.
«Arribé a Polonia en mejores condiciones, y aunque fui la única de las favoritas en fallar un salto sobre los 4,65 metros, supe reponerme, porque tenía claro que si no pasaba los 4,70 al primer intento podía quedarme sin medallas. Suponía que la lucha por el podio estaría sobre esa altura, tal vez hasta 4,75, pero no más».
—De los tantos factores negativos que inciden en el rendimiento de un atleta, la presión psicológica puede ser el más difícil de superar. ¿Cómo manejas el estrés y la desconcentración?
—Lo primero es saber que no hay rivales débiles, y que cualquiera puede darte un susto. Así no te sorprendes y puedes asumir el torneo con más equilibrio. Independientemente de lo que hagan las otras, trato de entregarme al máximo y superarme cada vez.
— ¿Metas para este año?
—Enfocarme en el entrenamiento y arribar en óptimas condiciones a los Juegos Centroamericanos de Veracruz. También tengo la Liga de Diamante, evento al que pretendo asistir a la mayor cantidad de fases posibles. Quiero mejorar el agarre —ahora ando por 4,25—, llegar a 4,30 por lo menos, para así estabilizarme sobre saltos de 4,80, repetir el 4,90.
— ¿La mítica y temible barrera sigue estando en tu mira?
—Ya los cinco metros son otra cosa. Todavía tengo que trabajar muchísimo para siquiera pensar en eso. Llegan, porque lo deseo y entreno cada día, pero no es algo que me quite el sueño.
—¿Fortalezas y debilidades?
—Soy muy rápida, técnica, fuerte… algo bajita. A veces me chocan los problemas psicológicos, pues siento que las manos se me resbalan, que no hice una buena carrera, que no podré con la altura.
— ¿Miedos?
—Trato de no pensar en que la pértiga se me va a partir, aunque lo he hecho, y tengo que decirte que eso saca de paso. Hay muchos factores que pueden ponerme tensa: que si el sudor y el agarre, que si me caigo… Por eso lo mejor es tener la cabeza despejada. Los miedos están, ¿quién no tiene miedos?, lo que no puede suceder es que me venzan.
— ¿Cómo es Yarisley más allá de brincos y colchones?
—Dicen que soy un poco tímida, pero me llevo bien con todo el mundo. Adoro bailar, leo cada vez que puedo, me encanta escuchar música y comer.
—Vas a perder la figura…
—Naaaa (risas). Me mantengo con ejercicios. Lo que más me gusta es el espagueti, —«¡eso es puro carbohidrato!»—, le suelto casi escandalizado. —Si me ves comiendo dulces te mueres, contesta al tiempo que, tal vez inconscientemente, se toca el abdomen y sonríe.
Ganadores del martes en la Copa Cuba
Dailín Belmonte (10 000 metros-fem), Ronny Cedeño (jabalina 700 gramos-masc), Elianne Despaigne (martillo 3kg-fem), Jorge Fernández (disco-masc), Gilda Casanova (400 metros-fem), Yoandys Lescay (400 metros-masc). Al momento de redactar estas líneas se efectuaban otras finales.