Ciego de Ávila mostró mucha garra. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:07 pm
Después de dar muchas vueltas, en definitiva hay que volver a pasar por el bello malecón cienfueguero, camino al estadio 5 de Septiembre, porque los elefantes vencieron este lunes a Pinar del Río y siguen con vida en la semifinal occidental del béisbol cubano.
Fue un partido emocionante, a pesar del marcador de balonmano. Ambos equipos demostraron mucha garra y regresan a Cienfuegos con la serie 3-2 a favor de los pinareños.
Salió agresivo Cienfuegos y explotó temprano a Vladimir Baños, otra vez intermitente. A la altura del tercer capítulo ya el derecho pinareño había permitido tres jonrones —dos de Yasiel Puig— y cuatro carreras.
Sin embargo, Alfonso Urquiola quizá se equivocó en la selección del relevo, porque traer a Omar Licourt como primera opción es casi un delirio. El derecho no pudo sostenerse y tampoco el zurdo Irandy Castro, con envíos demasiado nobles.
El resultado parecía demoledor, porque los sureños redondearon una ventaja de siete carreras. Sin embargo, Pinar nunca se rinde y descontó cinco en el cuarto episodio frente a Noelvis Entenza.
El veloz tirador cienfueguero saltó del box cuando Lorenzo Quintana le pegó un jonrón con bases llenas. Es increíble que un pitcher de su categoría no pueda lanzar tranquilo con tanta ventaja.
Pero Cienfuegos atacó de nuevo en el quinto, después de dos outs, cuando aflojó el cuarto relevista pinareño, Alain Castañeda. Entonces Urquiola trajo por fin a Jesús Guerra.
Ahí vino una jugada polémica, pues Guerra enterró un lanzamiento y Yoelvis Leyva se mandó hacia home desde tercera base, con Osvaldo Arias en turno. El receptor Lorenzo Quintana anduvo ágil y tiró con tiempo para sacar el out, pero el árbitro la vio quieto y abrió la caja de Pandora.
Luego, Guerra transfirió a Ferrán y permitió un buen hit de Adriano García que alejó otra vez a los elefantes.
Seguramente en Pinar todo el mundo dirá que la jugada en home decidió el partido, pero no fue así.
Los propios bateadores vueltabajeros tuvieron en sus manos la posibilidad de cambiar el destino, cuando llenaron las bases sin outs en el final del quinto inning. Ahí el manager cienfueguero optó por traer a su cerrador, Duniel Ibarra, aunque el partido estaba a la mitad.
Ibarra entró frío y le dio boleto a Mijaín Rivera, pero a continuación Luis Alberto Valdés falló haciéndole swing al primer envío. Demasiada libertad para un octavo bate.
También fallaron León y Castillo, así que Ibarra escapó de un volcán. Después caminó hasta el final contra viento y marea.
En total, le dieron ocho hits y varias conexiones muy fuertes, como el segundo jonrón de Quintana y la línea de Duarte que atrapó Arruebarruena en el noveno capítulo para cerrar el partido. La defensa cienfueguera defendió a Ibarra con uñas y dientes.
De todas formas, la labor del cerrador cienfueguero tiene un mérito enorme. Es un pitcher de todos los días, con brazo y voluntad de hierro.
La otra faena destacada del lunes fue la de Erlis Casanova, pero si Urquiola fuera adivino no se dedicaría a la pelota. El muchacho ha recibido bastantes oportunidades y todavía no acaba de cuajar.
Lo cierto es que la semifinal vuelve a Cienfuegos y allí cualquier cosa puede pasar. Sobre todo, porque ambos equipos llegan con el pitcheo desgastado. Todavía huele a tabaco, pero… ¿tendrá fijador?
Rugen los tigres
En Bayamo, los tigres avileños apalearon anoche a Granma, 17 carreras por tres, así que regresan a casa con ventaja de 3-2 y la serie a punto de mate. Otra vez el supersónico Vladimir García se llevó los aplausos y frenó a la artillería local.
El mentor granmense había anunciado para abrir al derecho José Armando Peña, una apuesta bastante arriesgada. Sin embargo, se decidió al final por Manuel Vega.
Ciertamente, el pitcheo libre ha hecho que no haya rotaciones fijas en estos play off y a cada rato nos llevamos una sorpresa. En definitiva, Vega solo aguantó hasta el tercer capítulo y se fue lastimado. Le hicieron dos carreras, con cuatro hits.
Después, Ciego anotó cinco veces en el quinto episodio y definió el partido. El batazo clave fue un jonrón de Yoelvis Fiss con dos compañeros en circulación frente al derecho Alain Tamayo, también muy gastado a lo largo de la postemporada.
La defensa granmense mostró otra vez su oreja peluda y cometió cinco errores. Al final, el equipo se desinfló y la gente abandonó el estadio con pesar.
En un noveno inning de diez carreras para Ciego, el derecho Erluis Blanco dio tres pelotazos groseros y fue expulsado del partido. Con el segundo era suficiente, pero el árbitro necesitó una prueba más.
Ahora Ciego tiene el boleto a la final casi en el bolsillo, aunque todavía debe ganar un partido. Veremos si los granmenses pueden recuperarse del trance y salen a pelear en la capital avileña. ¿Qué me dicen?