El argentino Diego Milito marcó un gol y dos asistencias contra el Barcelona. De paso, le mandó un recadito a Maradona, quien no lo convoca para la selección nacional. Autor: EFE Publicado: 21/09/2017 | 04:56 pm
La trampa del portugués Mourinho funcionó en San Siro y de allí salió mortalmente herido el Barcelona, pues las estocadas de Snaijder, Maicon y Milito hicieron tambalear la corona del Rey de la «Champions», el equipo con más glamour en el universo.
La incómoda llegada del Barca a Milán puede tener peso, pero no el suficiente para explicar este capítulo semifinal en el que los italianos exhibieron uno de sus mejores semblantes, y salieron airosos por 3-1.
Los catalanes fueron a buscar un gol y lo encontraron sin hacer muchos méritos. Otra vez Pedro se convirtió en el comodín salvador de Guardiola, y acalló las 80 mil gargantas del coliseo lombardo.
Pero no fue la noche de Messi, y mucho menos de un reaparecido Ibrahimovic, errante en la que fuera su casa. En las antípodas estuvo el argentino Diego Milito, quien debió guardarse algo más que el polémico gol que tiene ahora al Barcelona contra las cuerdas.
Así se selló esta primera escaramuza, de la que también fue protagonista el árbitro Benquerenca.
Pudo pitar un penal de Snaijder contra Alves, o dejar a Pujol jugar en la vuelta. Pero así es el fútbol.
Todo quedará dicho en el Camp Nou después de este tropiezo, el primero con diferencia de dos goles en la era Guardiola. Y solo una noche mágica pudiera espantar a Mourinho y sus demonios.