Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La suerte del elenco cubano en el torneo depende de los resultados con sus rivales europeos, pero de nada serviría sin un paso triunfal por Japón

Después de las primeras exhibiciones del equipo cubano ante sus miles de seguidores en la Liga Mundial de voleibol, todos esperamos que la fortuna los respalde durante la serie frente a Japón, iniciada pocas horas después de escribir estas líneas.

Lo que hicieron los discípulos de Orlando Samuels frente a búlgaros y rusos fue extraordinario. Toca ahora hacer méritos lejos de casa, donde la diferencia de horario, la presión del público, y la ventaja psicológica del rival comienzan a pesar.

No es un secreto que la suerte del elenco cubano en este certamen depende mucho de cuánto puedan hacer en la visita a sus rivales europeos del grupo C, pero de nada serviría sin un paso impecable por la urbe japonesa de Toyama.

Dicho en buen cubano, nos hace falta «pasar la escoba», algo que no será tan fácil como pudiera parecer. Los mismos análisis que ubicaban a la escuadra nipona como la menos potente de la llave, veían casi improbable un triunfo japonés frente a Bulgaria. Y sucedió.

Es verdad que los balcánicos no están en buena forma, pero los japoneses ya le ganaron un set a los favoritos rusos y en cuatro cedieron por escasa diferencia. Además, cuentan con un hombre como Kunihiro Shimizu, capaz de promediar más de 20 puntos por partido en las cuatro primeras participaciones.

Así, el tránsito por el Lejano Oriente será el inicio de una ruta bien complicada. De cuán bueno sea el trayecto depende no solo la posibilidad de llegar a la final de Belgrado, sino también los argumentos para seguir formando parte del torneo.

Muchas de las naciones que hoy miran por televisión la Liga Mundial, están dispuestas a poner todas sus cartas sobre la mesa —entiéndanse muchísimos dólares— para enrolarse en la fiesta.

De agónica pudiera calificarse la derrota en cinco sets de Venezuela frente a Finlandia, en partido del grupo D, este viernes en Tampere.

Los sudamericanos ganaron el primero y tercer sets con parciales de 25-19 y 26-24, pero cedieron en la segunda y cuarta mangas por 24-26 y 13-25. En la «muerte súbita» ambos equipos lucharon por largo rato, antes del triunfo de los locales por ¡27-25!

Mientras, Argentina doblegó a Serbia en cinco sets (20-25, 25-22, 25-18, 23-25 y 13-15). También en el grupo B, Francia sometió a Corea del Sur por 3-1 (25-18, 25-19, 16-25 y 25-21). Al cierre, Estados Unidos se medía con China en la zona A.

Apenas hubo tiempo para la celebración, pues tras conseguir el boleto mundialista, la selección femenina cubana de voleibol cruzó el Atlántico rumbo a Rusia. En esa nación participará a partir de mañana en la séptima edición de la Copa Boris Yeltsin, que se disputará en la ciudad de Ekaterimburgo.

Las actuales Morenas del Caribe tendrán su primer compromiso frente a Japón, equipo al que vencieron hace pocas semanas en el torneo Masters de Montreux. El lunes, Cuba se medirá a la escuadra de Azerbaiyán, y un día después cerrará la fase eliminatoria en busca de una revancha frente a las holandesas (ellas nos vencieron en Montreux).

Las semifinales están previstas para el 1ro. de julio, y solo ahí pudieran verse las caras Cuba y Rusia. Por cierto, las anfitrionas conservan en sus filas a cuatro jugadoras que estuvieron en los pasados Juegos Olímpicos.

Un total de 11 equipos compite ya en la octava Copa Panamericana, con sede en la ciudad estadounidense de Miami. Allí se repartirán los cuatro boletos correspondientes a NORCECA para el Grand Prix del próximo año.

En el grupo A concursan las selecciones de Puerto Rico, México, Perú, Costa Rica, Guatemala y las anfitrionas estadounidenses. Mientras, en la llave B militan las escuadras de República Dominicana —campeona defensora—, Trinidad y Tobago, Canadá, Argentina, y las titulares olímpicas brasileñas, quienes anunciaron a varias de las jugadoras que las representaron en Beijing.