Cartagena.— Aquí lo dicen los propios cartageneros: el son cubano ganará en el «11 de Noviembre». Es la referencia al favoritismo beisbolero de Cuba hoy en el choque contra el merengue de República Dominicana.
Pero no será nada fácil el contrario de turno: los de Quisqueya tampoco han perdido durante el certamen, dominaron su grupo sin contratiempos; luego, en cuartos de final, fulminaron a Puerto Rico (2-1) en dramático partido de extrainning y la víspera aventajaron a Venezuela (4-3).
Además, precisamente República Dominicana logró el último triunfo ante la Mayor de las Antillas en Centroamericanos, hace 24 años.
Desde entonces los tricolores llevan 34 batallas en este tipo de lid sin la sombra de una emboscada.
«El abridor está entre Yulieski González o Adiel Palma», expuso el mentor de la tricolor.
DE NUEVO DRAMATISMO FRENTE A MÉXICOLos nuestros, como contra Panamá, parecieron arrancar fríos la víspera en la primera entrada: nulos al bate e inefectivos desde el box. Recibieron cero a manos del abridor Hugo Castellano —uno de los lanzadores reconocidos de la liga mexicana— y fueron bombardeos en la conclusión de ese episodio.
Yadel, el mejor pitcher del pasado Clásico Mundial, fue infeliz en su cumpleaños 27. Permitió cuatro hits ante igual número de contrarios y se marchó a refrescar sin sacar out, dejando la pizarra en contra 0-2 y dos hombres en las almohadas. Dio paso a Yunieski Maya, quien le quitó el audio a la ranchera azteca.
No obstante, uno de los embasados llegó a la goma después de un robo de tercera (en el que no anduvo bien Pestano) y fly de sacrificio a la pradera derecha.
Abajo en el marcador, los pupilos de Rey Vicente Anglada ripostaron con una raya en la parte alta del segundo, en el que se combinaron un error del cuadro mexicano e indiscutibles de Pestano y Alexei.
La herida de Cuba siguió sangrando y en el cuarto llegó la furia de tres carreras, en las que resultó clave un triple de Georvis Duvergel —entró en la alineación por Garlobo— con dos en circulación frente al relevista zurdo Jesús Guzmán.
Pero los «manos» ripostaron enseguida con bambinazo de Mario Valdés. Así anduvo el juego hasta el séptimo. En ese inning de la suerte sobrevino la decisión: dos disparos consecutivos por encima de las cercas, salidos de los bates de Mayeta (encontró uno en circulación) y Cepeda.
Maya soportó dos hits en el cierre de la entrada. Se marchó tras actuar en seis episodios al ritmo de seis ponches.
Ante la amenaza Lazo fue enviado a poner el candado. Y así lo hizo, luego de una doble matanza toleró un inatrapable por encima de segunda. Ese resultó el último alarde de México.