Teng Jiazhi, taxista de Shenyang, China, ha estado sacándose fotos con sus pasajeros mucho antes de que el selfie se transformara en fenómeno social. El sonriente chofer ha acumulado 30 000 selfies en los últimos cinco años y dice, orgulloso, que comenzó una década atrás cuando unos pasajeros, agradecidos por su espera bajo el frío, «se quisieron tomar una foto conmigo». De los 80 clientes que transporta como promedio cada día, al menos 20 comparten su imagen.