Jóvenes de la AHS llevan el arte a las comunidades, combinando tradición y vanguardia. Autor: Cortesía de la AHS Publicado: 21/04/2025 | 07:51 pm
EN un contexto de retos que se readaptan y hasta crecen, la programación artística, más allá de eventos, desempeña un rol fundamental para bien de nuestra cultura y la sociedad en general.
¿Cuán más atractiva y abarcadora puede ser en la Cuba actual? ¿Cómo darles más participación en su diseño a los creadores y al propio público, sin sacrificar las esencias? ¿Acaso debemos aspirar siempre a tener grandes cantidades de personas disfrutando las propuestas artísticas?
¿Qué papel desempeña en todo esto la comunicación, no solamente la labor promocional? ¿Cuánto más puede ayudarnos la crítica en un panorama repleto de árboles y hasta algunas montañas?
¿Cómo podemos articularnos mejor entre las diferentes organizaciones, instituciones y artistas? ¿Cuánto más podemos hacer de conjunto con la televisión, la radio, la prensa escrita y también en plataformas hipermediales? ¿Qué estrategias podemos tener de conjunto con el sistema de Educación y otros ministerios y entidades?
Pudieran ser muchas más las preguntas, pero, sin dudas, lo más favorable es el esbozo de algunas respuestas y, sobre todo, las acciones. En el más reciente Consejo Nacional de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), realizado en Holguín, debatimos con profundidad y pasión respecto a estas temáticas, y también lo hicimos en el 1er. Coloquio Nacional Orgullo de ser cubano, efectuado en Camagüey.
Según datos aportados por el Ministerio de Cultura, la cantidad de actividades artísticas en el país creció considerablemente en 2024, en comparación con 2023. Eso merece más aplausos en circunstancias marcadas por el déficit de electricidad y la existencia de prolongados apagones, pero lo más interesante sería una valoración sobre el impacto, lo cual en verdad resulta muy difícil de constatar, particularmente en un contexto donde las percepciones del consumo cultural apuntan hacia manifestaciones que no suelen ser las más promocionadas por el sistema institucional.
La joven vanguardia creativa de nuestro país está enfocada en impulsar cada vez más propuestas que lleguen a la mayor cantidad de personas posibles, lo mismo en nuestras sedes, que en comunidades, centros laborales, universidades, preuniversitarios y escuelas secundarias básicas y primarias, según las características de cada público.
Las casas del Joven Creador, escenarios para experimentar y soñar, para defender lo mejor del arte cubano, incluyendo lo más contemporáneo, mantienen propuestas permanentes. Nuestros eventos suelen incluir presentaciones en barrios, escuelas y visitas a sitios históricos.
Es primordial escuchar también las opiniones de los públicos, a qué hora y de qué manera pueden ser mejor recibidas nuestras propuestas, las cuales, siempre que sea posible, deben abarcar talentos de la comunidad o de otros lugares donde nos presentemos, sin potenciar nunca lo vulgar.
Lo ideal, lo anhelado, es tener en cada ocasión miles de personas disfrutando nuestras obras, pero debemos ser realistas. Hay opciones artísticas que difícilmente atraerán multitudes, y son iguales de relevantes si seducen a unas decenas o si despiertan aplausos en una cantidad muy superior. Debemos tener en cuenta esas particularidades en el diseño mismo de la actividad.
La comunicación resulta esencial, tanto antes como durante y después de lo que se hace, para llegar a mayor cantidad de personas. En este punto, es muy importante no hacerlo solamente con fotos o un resumen rápido de lo sucedido. Necesitamos dejar un registro audiovisual y sonoro de las mejores obras de teatro, espectáculos danzarios, conciertos…, y también realizar documentales, videoartes…, que contribuyan a la memoria cultural del país y favorezcan llegar a más personas. Debemos potenciar también los reels y otros videos cortos para redes digitales. El mundo hipermedial merece, incluso, una programación específica.
La crítica en sus diferentes soportes debe ser una de las mayores protagonistas en todo esto, por su función de alertar, jerarquizar y contribuir a la formación de los creadores y los públicos. Hoy en el país existen diferentes espacios para ese tipo de análisis, pero no son suficientemente visibles, ni se ha logrado un ambiente de intercambio de opiniones o debates en torno a los procesos artísticos, que sea seguido por el pueblo.
Resulta primordial articularnos mejor entre las diferentes instituciones del país. Es algo que repetimos con frecuencia, pero que no acabamos de concretar. En cada una de ellas, por ejemplo, podría haber una selección de lo mejor de la música, videoclips y películas cubanas de la actualidad y del pasado, favorecer que aquellas que tengan posibilidades adquieran obras de nuestros artistas visuales para la decoración.
Es inconcebible que en diseños de actividades de algunas instituciones y organizaciones pululen el mal gusto y la vulgaridad, sin ni siquiera una variedad de propuestas que abarquen también otras opciones.
Especial atención debe tener el sistema de enseñanza desde la primaria. Sueño con escuelas en las que se reciba a los alumnos en las mañanas con música variada, incluyendo lo mejor de nuestra trova, que algunas de esas canciones se escuchen también en los horarios de recesos, que se utilicen más los documentales y películas en función de las clases, que haya alguna asignatura o que, al menos, exista plena conciencia de potenciar en todas las habilidades relacionadas con la crítica en el consumo de redes sociales, contenidos audiovisuales y del arte en general. Como creadores, podemos estar más en esos espacios con propuestas creativas y de análisis.
La familia es otro escenario vital en el consumo cultural y también en la formación de la ética de los nuevos ciudadanos, que está muy relacionado con todo lo anterior. Lograr mejores resultados en este mar desafiante sería imposible sin la contribución de los medios de comunicación.
Es tan importante una actividad en todos los barrios de Cuba a la vez, como un buen programa televisivo o radial que sea seguido por multitudes, o una película en los cines que atraiga a miles de espectadores. Puede ser tan favorable un intercambio en una escuela como un buen libro o un artículo, impreso o digital, que sea leído en la tranquilidad de una habitación, y haga pensar.
Ojalá logremos también que las plataformas digitales se inunden de poesía, obras de artes visuales, fragmentos de algunas de nuestras mejores películas y documentales…
En la AHS intensificamos el trabajo en ese sentido. Nos definen los deseos de hacer, la rapidez, el impulso y también la profundidad en los pensamientos, la capacidad de análisis y el profundo compromiso social. Esta es una organización de jóvenes intrépidos, que aspiramos a ser vanguardia en todo momento, que no podemos estar tranquilos ni un instante, porque eso sería perder el tiempo.
La AHS continuará creciendo, lo hará con el talento y el amor de sus integrantes y todos los que la quieren. Por las venas de este grupo de amigos circulan cubanía total, las enseñanzas de nuestros Maestros de Juventudes y la certeza de que este gremio de soñadores ayudará siempre a la nación, más allá del arte y la cultura.
Junto a las diferentes generaciones de creadores seguiremos haciendo muchísimo en el panorama actual y futuro. La Asociación Hermanos Saíz tiene un compromiso inmenso con la creación de jóvenes y la vida, con la utopía y la pasión. Las emociones nos hacen latir y caminar con paso más rápido. En esto debemos ayudar todos.