Con tres veces más alcohol en sangre del permitido en Polonia, un hombre manejaba erráticamente. La policía lo detuvo y resultó que, además, en el asiento trasero llevaba un sui generis acompañante: ¡una cabra! El susodicho explicó que regresaba de llevar a su animal a una cita romántica a la granja de un amigo, pero mientras el macho cabrío espantaba su soledad, ellos brindaron «un poquito». Perdió su licencia y puede ir a prisión. No pocos dan por hecho que está loco como las dos cabras amantes.