El 15 de enero pasado, Animados Icaic celebró su aniversario 65 de creado. Autor: Cortesía de Animados Icaic Publicado: 04/02/2025 | 08:49 pm
Su mamá abre la puerta de la casa. Ella entra como vendaval y corre sin miedo a caerse. Se quita los zapatos despreocupadamente y los deja en una esquina. Llega unos minutos tarde; el camino de regreso de la escuela le parecía eterno y sus piernas cortas no lograban mantener el paso. Rápidamente se sienta frente al televisor, en su sillón, al que no hay quien cambie de lugar.
Son más de las 4:20 p.m., comenzaron los muñequitos y Alena no despega los ojos de la pantalla. Ese tiempo para ella es sagrado, por eso su madre no la regaña, se sienta a su lado y deja que le haga todas las preguntas que se le ocurran. ¿Por qué tienen la cabeza tan grande? ¿Quiénes eran los mambises?
Elpidio Valdés, de Juan Padrón, siempre vuelve a la televisión cubana, lo mismo ocurre con Fernanda, la detective de la serie de Mario Rivas. Son realizaciones que han acompañado a varias generaciones de niños que, como Alena, esperan con ansiedad para verlos, y que han sido posibles, gracias a los Estudios de Animación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).
Precisamente, un año después de la constitución del Icaic (1959) se comenzó a hacer animación en Cuba con la creación del Departamento de Marionetas especializado en la técnica del stop motion. Ese mismo año se conformó el Departamento de Dibujos Animados, nombrado así por los miembros fundadores y Alfredo Guevara.
Desde ese «pequeño» espacio se vivieron disímiles procesos como el empleo del papel, la incorporación de las nuevas tecnologías y la formación de profesionales en esta área hasta que en 2003 se convierte en los Estudios de Animación del Icaic, recuerda Esther Hirzal Galarza, directora general de la institución. Añade que fue una idea de Fidel, quien visionó la importancia de la animación para influir en la formación del público infantil.
«Decidió potenciar la producción del animado cubano que venía haciéndose. Nos regaló una nueva sede, ese edificio ubicado en la calle 25 entre 10 y 12, en el Vedado», detalla la también cineasta, quien resaltó el gran impacto cultural y generacional de esa productora, que ha acompañado a niños, familias, profesionales del sector y a la sociedad cubana en general.
En la era digital, los muñequitos cambian
Armando Alba Noguera —«Mandy» como le llaman todos cariñosamente— recuerda cuando llegó por primera vez a Animados Icaic en 1992. Caminaba por sus pasillos y a cada rato se encontraba a Juan Padrón y no podía evitar mirar para el piso como un niño. Conoció a esos animadores de su infancia: Pepe Reyes, Noel Lima, Gabriel Ramos, Sila Herrera, Juan Ruiz y Paco Prats. Descubrió que eran seres excepcionales desde el punto de vista humano; para él esa experiencia era reconfortante.
En aquella época se hacía un animado a papel. Resultaba difícil: por lo menos eran necesarios 12 dibujos para llegar a un segundo de animación. Sin embargo, con el cambio a la nueva sede todo el procesamiento comenzó a realizarse de manera totalmente digital. El actual Subdirector de Producción de Animados Icaic cuenta que, en 2004, cuando Mario Rivas presentó su proyecto Fernanda, la estética del personaje no era posible hacerla en papel.
«Era complicado mantener ese diseño redondeado, la línea gruesa. Teníamos que encontrar un recurso para hacer Fernanda que no fuese por animación tradicional. Entonces nos arriesgamos a adquirir unas computadoras que no tenían prestaciones elevadas, pero eran suficientes para hacer ese animado», afirma.
Por supuesto, el estudio ha tenido que chocar con los cambios tecnológicos. No siempre está la tecnología adecuada para las producciones. Las máquinas no tienen la potencia de procesamiento requerido, o no tienen las tarjetas de video idóneas… Siempre ha sido necesario batallar para vencer los obstáculos. Cuando ves en la pantalla un plano animado, detrás hay meses de trabajo para tenerlo completo. Razón por la que las producciones se dilatan mucho en el tiempo.
Además, hace 30 años no se pensaba en las texturas de los pelos, ni se intentaba que la piel fuera realista. Con el avance, aparecen nuevas técnicas, sin embargo, los ordenadores siguen sufriendo los mismos problemas. A pesar de esto, Animados Icaic se reinventa, crece, y estas condiciones no le impiden llevarle a los más pequeños de casa nuevas realizaciones, ya sean series animadas, largometrajes o videoclips.
«Realizamos alianzas, por ejemplo, con la Universidad de Ciencias Informáticas para hacer videojuegos; ellos programaban y nosotros hacíamos la animación. Fruto de esta combinación, nacieron Coliseum y La Manigua. Intentamos acompañar la modernidad e impulsar los nuevos talentos que llegan al estudio con ganas de hacer», expresó Mandy.
Los estudios también han sido a lo largo de los años una escuela formadora de animadores al no existir propiamente una escuela de animación en Cuba. «Siempre hemos sido nosotros quienes hemos formado a muchachos de carreras como diseño o artes plásticas, a través de algún curso o taller que impartimos».
Para el realizador Danny de León Hernández, existía una retroalimentación, una conexión orgánica entre los primeros realizadores, maestros y la nueva generación. «Empecé trabajando junto a Gaspar González, creador de Chuncha. Nos apoyaba mucho, tenía en cuenta también nuestras opiniones, nuestras ideas».
Estilo único e identitario
Mandy explica que los muñequitos cubanos siempre se han caracterizado por su calidad estética, por el brillo en el color, por la música. «La música de nuestros animados nos va a distinguir siempre. Las piezas musicales son compuestas originalmente para ellos y tienen una fuerza sonora que significa identidad, con un sabor marcadamente cubano».
Por su parte, De León agrega que la animación cubana está ligada al humor de manera inherente. «Las pautas las marcó Juan Padrón, con un humor criollo que se fue transmitiendo por generaciones. La influencia está, pero, cuando concebimos a los personajes siempre los adaptamos a nosotros, es inevitable. Después, se reconocen fácilmente, por el estilo, las características, la manera de expresarse».
Los retos más grandes han sido insertarse en los estándares actuales de la animación, llegar a las nuevas generaciones con pocos recursos, buscar soluciones creativas, optimizar los procesos con lo que se tiene a mano y en cierta medida se ha logrado, agrega el realizador.
Serie Ciberdanz del realizador Danny de León, nueva propuesta animada para los pequeños de casa.
Si bien a veces no resulta fácil en los momentos actuales llamar la atención del público chico, se han realizado series animadas atractivas que pretenden acercarse más a esta exigente audiencia. Es el caso de Ciberdanz, del propio Danny de León, animado de baile que busca rescatar las danzas tradicionales de Cuba y mostrar todas sus riquezas.
Muchos niños, como Alena, crecieron con Elpidio Valdés, el mambí que saboteaba los planes del General Resóplez, y con Fernanda, que resolvía casos. No se imaginaban que el mundo de los muñes de su infancia se transformaría tanto. Animados Icaic ha evolucionado; ya son 65 años de creación, adaptándose a los cambios, manteniendo la tradición. Ahora, con un brillo innovador, más inclusivo, distinto, sin perder la esencia, continúa trabajando para conquistar nuevos corazones.