Roberto Miguel Torres Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 21/09/2017 | 06:31 pm
Con el enfoque declarado de conjugar diseño y prosperidad, la I Bienal Internacional de Diseño de La Habana se presenta en el contexto político, económino y social de la Cuba de hoy, en un momento en que el país busca generar liquidez y promover exportaciones. «De hecho, este evento llega para mostrar que Cuba tiene todo lo que hace falta: fuerza de trabajo, personal capacitado, know how. Ese potencial existe y egresa cada año del Instituto Superior de Diseño (ISDi), y ahora, mostrará qué ha sido capaz de hacer».
Así lo expresó a JR Roberto Miguel Torres, coordinador general de la cita, que se celebrará en la capital del 16 al 20 próximos (con Santiago de Cuba y Camagüey como subsedes) y que constituye la oportunidad para poner sobre la mesa los aportes de esta disciplina y su implicación estratégica en el desarrollo de la sociedad.
«La idea surgió como consecuencia del plan de acciones por el aniversario 35 de la Oficina Nacional de Diseño (ONDi), en 2015, y por la situación que vive el país, donde el diseño ocupa cada vez más espacios en una constante lucha por posicionarse y hacer ver su presencia y beneficios en la vida cotidiana. No por gusto el lema de la Bienal es: Diseño y prosperidad, enmarcado en los mismos derroteros a los que mira la Isla.
«Nacer siempre es un proceso difícil, pero la I Bienal de Diseño de La Habana ha encontrado muchos amigos y aliados que poco a poco se han convertido en sus coorganizadores junto a la ONDi. Ese es el caso de los ministerios de Industrias y de Cultura, la Fundación Caguayo y el Instituto Superior de Diseño (ISDi), que han cerrado fila para que pudiera materializarse. También debo mencionar otras entidades como el Consejo Nacional de Artes Escénicas, el Fondo de Bienes Culturales y Havana Club Internacional, miembros igual del comité organizador».
—¿Qué diferencia a esta Bienal de Diseño del resto de las que se celebran en el mundo?
—Podría decir que su estructura: la vinculación de talleres, congreso internacional, conferencias y más de una veintena de salas expositivas. Pero no es cierto. La única y gran diferencia de esta Bienal con la de otras regiones es que se hace en Cuba, que es nuestra, y el protagonismo lo tienen los amantes y realizadores del diseño en este país.
«Los principales ejes temáticos están ajustados a nuestra realidad. Como su campo es muy amplio, en el circuito expositivo de la Bienal lo mismo habrá diseño industrial en todas sus manifestaciones, que de comunicación visual. El evento teórico, por su parte, se orientará más a nuestras necesidades industriales, económicas y sociales: los workshops o talleres abordarán temáticas que inciden en nuestra realidad, como por ejemplo, marca, campaña, envase, ecodiseño, vestuario, audiovisual y cerámica.
«También tendrá mesas de trabajo dedicadas a las industrias creativas, al desarrollo local, al diseño sostenible, a la comunicación, a la cerámica, al bien público, al vestuario y al mercado».
—¿Cuántas personas han confirmado hasta el momento su participación y de qué países proceden?
—Intervendrán más de un centenar de personas en la Bienal, que también servirá de sede al VIII Encuentro Latinoamericano de Políticas Públicas y Diseño. Los países más representados serán Brasil, México, Uruguay, Colombia, Chile, Argentina, España, Estados Unidos, Italia y Reino Unido, entre otros.
«Dentro de unos pocos días estarán llegando a La Habana: Juan José Posada, quien es considerado por los medios especializados como el segundo mejor creativo del mundo en materia de mensajes de bien público; Sir Martin Sorrell, presidente mundial de WPP, entidad líder en comunicación y mercado, y José Luis Sargadelos, de Sargadelos Galerías en España, una autoridad en temas de cerámica. También estará Santiago Keller, presidente de El Ojo de Iberoamércia, Festival Iberoamericano de Publicidad, así como Birgit Lohman, editora jefa de Disingnboom, la más reconocida revista de diseño, y Christopher Turner, presidente de la Bienal de Londres, por solo citar algunos. Sí, la Bienal ha atraído a muchas personalidades pero vale destacar que su mayor atractivo será la presencia de los diseñadores cubanos».
—Se afirma que vendrán, además, estudiantes y profesores de dos de las escuelas de diseño de Francia. ¿Qué puede decirnos al respecto?
—Sí, la Bienal ha trabajado de manera conjunta con la Embajada de Francia en Cuba para que el diseño de esa nación esté presente en el Mes de la cultura francesa en Cuba y en nuestro evento, no solo con una gran muestra que se exhibirá en la sede de la Alianza Francesa, en Prado, el sábado 14, a las 5:30 p.m., sino además por medio de una importante conferencia que impartirá un equipo de profesores de las más importantes escuelas de vestuario y moda en París.
—Existe en Cuba mucha incompresión todavía sobre el papel de esta especialidad. ¿Qué se está haciendo para revertir esa situación?
—La I Bienal Internacional de Diseño de La Habana ayudará mucho a visibilizar el rol del diseñador dentro de la sociedad. La campaña Diseño en todo sentido, un programa comunicativo que comenzó en diciembre de 2014, ha estado dirigida a resaltar la función social de esa disciplina y a fomentar en el público cubano una cultura al respecto.
«La XIII Semana del diseño en Cuba, celebrada en 2015, permitió también llegar a muchas personas y mostrarles qué hacen estos profesionales en la gráfica, la industria o el vestuario….
«El diseño actual cubano toca puertas para que se abran a la innovación, al desarrollo, a la belleza y a la prosperidad. Puertas que si no se abren deberán ser derribadas desde el convencimiento mutuo y la evidencia de que la mejor manera de hablar de diseño es el buen diseño y ese estará en la Bienal.
«Los diseñadores ocupan cada vez un mayor espacio en la sociedad cubana y en la medida en que se trabaje más se abrirán mayores espacios. El reto está en pensar y trabajar desde la modestia y el sacrifico por la prosperidad común y compartida».