Instructores de arte Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 06:25 pm
LAS TUNAS.— Entre todos los razonamientos expresados por los participantes en la Asamblea Anual de Balance de la Brigada de Instructores de Arte José Martí en esta provincia, el consenso mayor lo tuvo la disposición de su muchachada de trabajar con el mismo ímpetu, a pesar de las carencias y las dificultades.
«Tenemos muchas insatisfacciones y la base material disponible es limitada, pero, ¿habrá algo más estimulante en nuestra labor que iniciar a un niño en el arte? Creo que no. Cuando uno ve ese resultado, se da cuenta que vale la pena ser instructor», dijo al iniciar el debate la delegada Lisandra Socarrás.
Sus compañeros de profesión ahondaron en ese razonamiento e hicieron referencia a cuánto aporta espiritualmente a la sociedad cubana contemporánea el fomento del arte y la cultura en las escuelas y qué significa llevar sus manifestaciones hasta las comunidades más intrincadas de los municipios.
«Sobreponernos con fantasía a las carencias es lo que nos hace fuertes —alegó la delegada Yamila Fernández—. Me propuse montar un grupo musical en el seminternado donde trabajo, y lo logré. Entre todos recurrimos a materiales en desuso y con ellos fabricamos los instrumentos. Un par de platillos hondos para las panderetas; unas latas grandes para la paila; las cuerdas de una guitarra vieja para al bajo; dos trozos de bambú para las claves… Y nada, con todo eso pusimos a bailar a la gente».
Lilin Mendoza, miembro de la dirección nacional de la Brigada, intervino para sugerir que experiencias como la de Yamila se socialicen. «Debemos estar en todas partes con lo mejor de nuestro trabajo —apuntó—. Y considerar como una derrota si en cada institución no hace acto de presencia uno de nosotros».
Otros temas saltaron de la chistera. «¿Por qué debemos aguardar por los carnavales para ver una agrupación nacional en un municipio? —preguntó la puertopadrense María de los Ángeles Clemente—. Cobran altísimas sumas por presentarse, y eso casi nunca está al alcance de la Dirección Municipal de Cultura».
La instructora se refirió a los contratiempos que enfrentan con el transporte para llevar sus proyectos a los lugares más apartados y a detalles tan fáciles de resolver como la instalación de una caja de agua en la casa de Cultura para que los niños aficionados aplaquen la sed. «Aún así, la Brigada saca adelante la programación cultural del territorio».
Joan Cabo, miembro del Buró Nacional de la UJC, hizo uso de la palabra para referirse a ciertas zonas de la actualidad cubana, como la proclividad juvenil por los materiales audiovisuales, tanto los relacionados con la música como con películas y seriales.
«Debemos tener presente que hoy el enemigo de siempre no emplea contra nosotros portaviones de combate, sino nuevas tecnologías —advirtió—. Le conviene que nosotros seamos receptores pasivos del veneno que nos intentan inocular. En esto los instructores de arte tienen que estar atentos. Y enseñarles a los jóvenes a analizar críticamente los llamados «paquetes», esos productos seudoculturales con los que pretenden enajenarnos».
La Asamblea Anual de Balance de la Brigada de Instructores de Arte José Martí en Las Tunas contó con la presencia de Indira Fajardo, presidenta nacional de la organización, y ratificó en el cargo de presidente provincial a Mario Luis Almanza Tasis.