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La obra Andando x la sombrita, de La Comarca, estará en el 14 Festival. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 21/09/2017 | 05:24 pm
CAMAGÜEY.— La sombra acompaña al hombre desde su nacimiento, donde exista luz, ahí está ella.
Desde tiempos apenas recordados por la humanidad, esa imagen oscura que proyecta un cuerpo opaco sobre una superficie, ha sido también víctima de miles de tabúes. Algunas tribus indígenas la veían como el reflejo del alma, y por eso temían que alguien pudiera atraparla.
El hombre no solo ha aprendido a vivir con la sombra, sino también a transformarla en una forma de diversión. De seguro no son pocas las personas que en algún momento de sus vidas han empleado sus manos para realizar figuras jugando con la luz.
Asimismo, personajes en la historia del séptimo arte, como Serguei Eisenstein y Fritz Lang, la estudiaron hasta convertirla en un elemento importante dentro de su filmografía.
El cine no ha sido el único que la ha hecho su aliada, el teatro también la ha tomado hasta crear una línea que trabaja con el uso de la luz, la oscuridad y el cuerpo humano. La Comarca, nominado recientemente al Premio Caricato que otorga la Unión de Escritores y Artista de Cuba (Uneac), constituye uno de los tres grupos del país que dedica su puesta en escena a este quehacer. Dentro de pocos días, durante la 14 edición del Festival Nacional de Teatro de Camagüey, este joven conjunto dramático, con solo dos años de fundado, presentará la obra Andando x la sombrita.
«La idea del espectáculo surgió por la necesidad de hacer algo diferente, que no contara una historia, sino que educara al público sobre qué es el teatro de sombras. Trabajamos con el cuerpo, las manos, títeres de sombras y elementos escenográficos. Todo es música e imagen», comentó a este diario Luis Montes de Oca, director de La Comarca.
En cada una de sus presentaciones, los integrantes del grupo interactúan con el público, fundamentalmente con niños y niñas. «La sombra nos da muchas posibilidades, como lograr atraer a los niños a la es-cena y hacerlos perder el miedo».
—Que el espectador asuma el rol de actor dentro del espectáculo constituye una elevada responsabilidad profesional...
—Es difícil interactuar con personas que no han tenido acercamiento a la actuación, sobre todo si son niños, que representan el mayor auditorio en nuestras presentaciones, pero se puede lograr, y hasta aprovechar su intranquilidad y espontaneidad características. La improvisación aquí es vital, pero sobre la base del estudio y la investigación.
—Entonces cada función es diferente...
—Por supuesto, es la misma obra con los mismos actores, pero no podemos conocer de antemano con qué nos sorprenderá el público. Cada espectáculo nos enriquece como grupo, porque cada uno es diferente.
—El hecho de que no existan muchos teatristas que asuman este estilo debe constituir un reto...
—Cierto. Por eso una de nuestras premisas fundamentales es investigar no solo a través de los libros, sino también por medio de la propia sombra. Uno de los objetivos fundamentales de La Comarca es desarrollar este tipo de arte para que las personas conozcan de qué trata nuestro trabajo.
—Pese a todos los contratiempos y la inexperiencia, La Comarca integra el selecto grupo de compañías que participan en el 14 Festival Nacional de Teatro de Camagüey. ¿Qué representa para ustedes como grupo?
—Es un privilegio que una agrupación tan joven pueda insertarse en el evento más importante del arte de las tablas cubanas. Constituye un logro profesional que implica muchos desafíos, un mayor compromiso y una alta responsabilidad, porque hay que seguir creando ideas innovadoras que acerquen más al público.
—Apenas ha comenzado el Festival y ya Montes de Oca piensa en próximas producciones...
—Efectivamente, nos hemos propuesto hacer un teatrino para poder salir a la calle y realizar funciones de teatro de sombras, y además exhibir varios proyectos audiovisuales. Por allí va el futuro inmediato de la compañía. Claro, cada cosa a su tiempo, para no restarle profesionalidad a lo que se haga.
