Onilé actuó como antesala del espacio de reflexión dedicado a la diversidad africana en los campos cubanos. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:22 pm
Las Tunas.— «Cuba, como otros países de la región, es una muestra viva de diversidad cultural», explica con certeza a Juventud Rebelde el Doctor Jesús Guanche. El académico destaca que esa pluralidad de expresiones se palpa también en las áreas rurales, donde no se encuentra limitada solo al punto cubano o al son en sus diferentes variantes, también está conectada al legado africano.
De ahí que Guanche y otros estudiosos de la temática reconozcan el valor que ha tenido que la XLV Jornada Cucalambeana haya abordado un asunto medular como este.
Resulta significativo destacar que el tema no es nuevo en las investigaciones sociales. Jesús Guanche recuerda que manifestaciones como la música han mirado en esa dirección, y la rectoría la ha tenido el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana.
«Recuerdo un texto confeccionado allí por siete autores, entre los que me incluyo, sobre la música en el campo de la Isla, que no es igual a la música campesina, sino que la envuelve. Allí hablamos del punto cubano, el son y sus variantes; pero también de muchas prácticas como los bembé, los cuales casi siempre terminan con una auténtica rumba, tengan tumbadora o no», asegura.
El evento tunero dedicó una de sus jornadas a bordear esa diversidad africana en la campiña criolla, centrando su mirada en los protagonistas de ese legado. Allí, estudiosos como el máster Rafael Lara, del Consejo Nacional de Casas de Cultura, describió a los cultores de rumba en zonas rurales del municipio tunero de Amancio, o a quienes tocan el tambor yuca en Pinar del Río, entre otros ejemplos.
Por su parte, la Doctora Graciela Chailloux conectó a los presentes con las prácticas culturales de los negros procedentes de Las Antillas y que emigraron a los campos tuneros en las primeras tres décadas del siglo XX. Interesante resultó la exposición de la Doctora Gema Valdés Acosta, profesora de la Universidad de Las Villas, quien explicó cómo palabras con un origen africano son muy comunes en el habla cotidiana del cubano.
La filóloga detalló que su estudio sobre los remanentes bantúes en Cuba presentado en la Jornada Cucalambeana comprende palabras habituales en nuestros campos y ciudades como: malanga, ñame, changüí y guaguancó, entre otras.
«En estos momentos tenemos alrededor de 500 vocablos ya identificados, de ellos aproximadamente el 70 por ciento están ubicados en la lengua ritual del palo monte, mientras que el resto son palabras que los cubanos utilizamos comúnmente y desconocemos su origen bantú», precisó.
Gema afirmó que los resultados de estos estudios también se han obtenido gracias a la colaboración de especialistas de la Universidad española de Alcalá de Henares y de lingüistas africanos pertenecientes a la casa de altos estudios de Kinshasa, República Democrática del Congo.
A su vez, la Doctora Lázara Menéndez enfatizó en la manera en que símbolos como las palabras y los rituales africanos tienen también un gran significado para quienes pueblan las zonas rurales.
Y si bien la Jornada Cucalambeana no ha insertado en su programa artístico ese legado africano, deviene signo positivo el incluirlo en su segmento teórico.
El análisis abierto en esta edición —que también dio vida a un foro interactivo— llama la atención sobre lo que a todas luces es un hecho palpable: en el campo coexisten las tradiciones hispánicas junto a las africanas, sin que se evidencien discrepancias entre ninguna de ellas. Cada una dibuja esa amplia diversidad cultural de la Cuba actual.