Egipto reiteró su llamado a la unidad frente al robo de patrimonio histórico, al clausurar un congreso internacional que acordó elaborar una suerte de inventario único de las antigüedades reclamadas a terceros, refiere Prensa Latina.
Autoridades del Consejo Supremo de Antiguedades (CSA) de Egipto valoraron de provechosos los dos días de debate en esta capital entre una veintena de naciones de África, Europa, Latinoamérica y Asia sobre la herencia cultural que en su día perdieron de forma ilícita.
El congreso sobre protección y recuperación de patrimonio finalizó el jueves con una señal positiva, luego que siete países, entre ellos dos latinoamericanos, aportaron información sobre piezas de gran valor patrimonial que pretenden reincorporar a su acervo nacional.
Según el secretario general del CSA, Zahi Hawass, Egipto, Perú, Guatemala, Nigeria, Siria, Grecia y Libia se despidieron de la reunión cairota aportando una lista de objetos, mientras las demás naciones participantes se dieron un mes de plazo para suministrar sus datos.
La reunión contó también con la participación de Bolivia, México, Colombia, Ecuador, Honduras y Chile, por Latinoamérica, así como de China, Chipre, India, Iraq, Italia, Surcorea, Sri Lanka, Austria, Polonia, Rusia, España y Estados Unidos.
Aunque Hawass evitó dar detalles en una conferencia de prensa sobre las piezas reclamadas a otros países, es conocida la petición egipcia a museos de Berlín y Londres para que le sean restituidos el busto de la reina Nefertiti y la piedra Roseta, respectivamente.
Los egipcios aspiran, además, a que regrese el zodíaco de Denderah, que está en París, el busto de Ankhaf (Boston, Estados Unidos) y una estatua del faraón Ramsés II (Turín, Italia), entre otras piezas, mientras Grecia quiere lo mismo con los frisos del Partenón (Londres).
De la parte latinoamericana, Guatemala reivindica su propiedad sobre importantes tesoros de la civilización maya, mientras Perú considera justo que Estados Unidos y Suecia le devuelvan objetos incas de Machu Pichu, y cerámica y textiles de la cultura Paracas.
En ese sentido, Hawass destacó que los participantes deben hacer definiciones de sus estrategias nacionales, pero se comprometieron a combatir juntos y estrechar la cooperación en los ámbitos legales y judiciales para proteger y recuperar sus patrimonios.
Un reto pendiente es lograr que la UNESCO enmiende la convención que prohíbe la «importación, exportación o transferencia ilícita» de patrimonio cultural, pues carece de efecto retroactivo para lo traficado antes de la adopción en la década de 1970.