Recibió la Llave de la Ciudad de Santiago de Cuba, distinción que fue entregada como colofón de su segunda actuación en gira nacional por centros penitenciarios.
Santiago de Cuba.— El establecimiento penitenciario de Boniato, en esta oriental ciudad, se convirtió este martes en el segundo escenario de la gira de Oriente a Occidente por centros de este tipo que realiza el cantautor Silvio Rodríguez, en compañía de un grupo de artistas de diversas manifestaciones.
«Estamos aquí porque las prisiones son lugares donde se superan y trabajan ciudadanos cubanos y nuestra función es llevar el arte a todos los rincones», manifestó el trovador, quien 18 años después y bajo el nombre de Expedición, da continuidad a un proyecto iniciado en 1990 e interrumpido por las limitaciones materiales propias del período especial.
Tras la actuación del joven soldado Rafael Moreno, en una tarde que fundió cultura y humanismo, buen arte y fe en el mejoramiento humano, se desgranaron canciones antológicas como El colibrí, Créeme, Te perdono, Acúerdate de Abril, Unicornio o El papalote, en las voces de Vicente Feliú, Amaury Pérez y el propio Silvio, ante un auditorio que captó y agradeció el gesto.
Durante casi dos horas hubo lugar además para la calidad interpretativa del cuarteto vocal Sexto Sentido, la gracia y cubanía del repentista Alexis Díaz Pimienta o la demostración de que en los centros penitenciarios cubanos el arte es también un valioso elemento para la transformación del hombre, como lo ilustraron el declamador Eliécer Remedios y la sabrosura del septeto Revolución.
Consecuente con esa confianza en el hombre, el Premio Nacional de Literatura Reynaldo González, quien retrató la actuación como una fiesta del pensamiento, de la música, la cultura y la alegría de vivir, donó a la biblioteca del penal una colección de más de 300 títulos, entre los que se mezclan desde clásicos de las letras universal y cubana hasta manuales escolares, que deberán contribuir al reforzamiento intelectual de los internos.
En perfecta escenografía para el momento, desde una de las colinas aledañas a la Penitenciaría, cadetes de la Escuela Interarmas de las FAR, General José Maceo, Orden Antonio Maceo, corporizaron símbolos nacionales en una pizarra humana y artistas plásticos del territorio se unieron al reconocido pintor Ernesto Rancaño para dejar emplazados en el centro varios murales.
Como colofón de la presentación en la que el arte juntó lo mejor de sí en pos del hombre, la Asamblea Municipal del Poder Popular en la Ciudad Heroína entregó al fundador de la Nueva Trova, por su consecuente y sólida afiliación a los más elevados valores de nuestra sociedad, la Llave de la Ciudad de Santiago de Cuba.