«Recuerdo de la muerte no se llama así por casualidad, ni porque me emocionó el hermoso poema de Quevedo. Es un libro contra el olvido. Impiadoso, tal vez, como suelen serlo los espejos», dice el autor. Esta novela nos permite sumergirnos en el centro mismo de la brutal y solapada represión que desataron los militares argentinos durante la dictadura de los años 70 y principios de los 80 del pasado siglo.