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Lo que puede parecer «una probadita» se puede convertir en una adicción (+ Ilustraciones e Infografía)

El uso indebido de drogas y la práctica de otras actividades que pueden generar adicciones constituyen problemas de gran relevancia que afectan el bienestar y la calidad de vida de las personas, lo mejor es no empezar

Autor:

Juventud Rebelde

«Quiso flotar, sentir que volaba, desinhibirse, saber de qué le hablaban su novio y sus amigos».

Él, aunque inseguro y con algo de temor, aceptó el desafío impuesto como parte de un juego: «darle una probadita nada más».

Ella se dejó convencer y quiso probar «eso que está bueno, que te pone contenta, que te hace flotar».

La aventura puede comenzar entre amigos, en una fiesta, o quién sabe en cuántos espacios. Lo que puede parecer «una probadita» se puede convertir en una adicción, y sabemos que la familia toda se afecta cuando uno de sus miembros padece alguna. Quienquiera que sea, y a cualquiera de las sustancias posibles de mencionar, le cambia la vida a todos.

Y es que el uso indebido de drogas y la práctica de otras actividades que pueden generar adicciones constituyen problemas de gran relevancia que afectan el bienestar y la calidad de vida de las personas, por lo que es vital que antes, durante y después de las situaciones críticas se controlen los riesgos sicosociales y se potencien las fortalezas personales para enfrentarlos.

Sucede con frecuencia en esas edades, en las que los coetáneos influyen mucho y aumenta la falsa creencia de que disfrutar la vida está ligado, precisamente, al consumo de lo que les parece «genial». Sin ignorar que es un agujero negro que te hunde más y más, en el que se destruye la vida propia y la de quienes están en nuestro entorno si se cae en esta trampa. 

JR te propone leer las siguientes historias y testimonios: 

Al alcance de tres dígitos

La Línea Confidencial Antidrogas ofrece la información oportuna para superar o evitar el consumo de tabaco, alcohol y de otras sustancias.

Desde cualquier lugar del país y a toda hora podemos recibir la orientación oportuna sobre la conducta que se debe seguir si queremos brindarle apoyo sicológico a quien consume cualquier sustancia nociva. Basta con marcar el número 103 para acceder a la Línea Confidencial Antidrogas (LCA).

No siempre sabemos qué hacer o qué decir cuando notamos que un familiar, un vecino o un conocido está consumiendo drogas. Queremos aconsejarle, ayudarle, convencerle de que abandone esa práctica que no solo pone en riesgo su salud sino también la de su familia, pues tampoco sus miembros saben cómo lidiar con esa dependencia.

Este servicio con alcance nacional, creado en nuestro país desde 2002 por el Ministerio de Salud Pública, ofrece una consejería gratuita, anónima, confidencial y especializada. La comunicación que se establece no tiene que pagarla el usuario, sin importar el tiempo que dure la llamada, y no requiere decir su nombre y apellidos, como tampoco lo hace el consejero que, del otro lado del teléfono, le propicia la información oportuna bajo un seudónimo.

Se trata de un servicio especializado pues los consejeros que de manera confidencial atienden las llamadas son sicólogos, médicos, enfermeros y promotores de salud, capacitados en el tema. Son excelentes comunicadores que propician que quien llame se sienta libre de hablar y de expresar sus inquietudes.

Para ampliar el tema pinche aquí.

También puedes ver este video.

No hay tregua posible

Cuba no titubea al reafirmar, una y otra vez, que mantiene una Política de Tolerancia Cero a las drogas. No hay impunidad contra aquel que intente introducir droga en el país, o quien la trafique o la consuma. Por lo que nuestro país despliega acciones de prevención y enfrentamiento de manera constante.

Por ello, confluyen el accionar de distintas entidades como la Aduana General de la República (AGR), la Policía Técnica Investigativa, la Fiscalía General de la República, así como los ministerios de Justicia, de Salud Pública, de Educación y del Interior; todos con el mismo propósito.

Y ya no es solo para detectar aquellos casos en los que se pone a prueba el ingenio de los infractores ante la pericia de nuestro personal, sino también para promover acciones de educación y promoción de la salud, a través de las cuales nuestra población entienda que se destruye la vida propia y la de quienes están en nuestro entorno si se cae en esta trampa.

Lo mejor es precaver

Es cierto que no todos los consumidores clasifican como adictos, pero también es cierto que todos los adictos, antes de serlo, han sido simplemente consumidores, responsables o no, pero consumidores «sin mayores complicaciones».

Corresponde a la familia, por supuesto, en primer lugar, sentar las bases de la confianza y la comunicación, para propiciar la reflexión fundamentada del adolescente o el joven, a fin de que pueda comprender lo que pierde de su vida cuando se piensa que la está disfrutando. La familia debe cooperar, supervisar a los jóvenes, denunciar los hechos.

Toca también a la escuela, a los maestros, estar pendientes de lo que los alumnos conversan y hacen, porque en sus predios suelen coexistir más tiempo que en casa. Los muchachos acuden a veces al centro de estudios con la mala idea que no les permiten en sus hogares. No son pocos los casos detectados de consumo en escuelas, gracias a que los profesores estaban «con la chispa encendida».

Y corresponde a cada cual valorar si lo que se dibuja en la mente como futuro en su vida, vale la pena torcerlo o virarlo de revés por «una probadita».

«Urge consolidar la percepción de riesgo y que se incremente el rechazo de la población a estas conductas. La política jurídico-penal y penitenciaria mantiene el rigor, favorecemos la cooperación con Interpol y otras entidades porque es voluntad del Gobierno cubano defender la política de tolerancia cero y la necesidad de perfeccionar las estrategias de prevención y enfrentamiento.

Leer más aquí.

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