Judith y José Manuel, dos miembros de la Cruz Roja en Matanzas. Autor: Hugo García Publicado: 08/04/2023 | 05:56 pm
MATANZAS.- Judith Rodríguez Reyes, jefa del Grupo especializado en operaciones y socorro de la Cruz Roja de Matanzas, no ha parado un instante junto a los 25 integrantes de su equipo.
Aquí, en la termoeléctrica, hemos participado en todo, tanto en el rescate de los trabajadores como extrayendo el hollín y los escombros, nos dice.
Hemos tenido que adoptar muchas medidas de seguridad, pues el hollín es dañino, además tenemos que llevar linternas, cascos, guantes y máscaras, ahonda esta mujer pequeña de estatura, pero que ha demostrado valentía en contingencias como el accidente de la base de supertanqueros.
Ella confiesa tener tres grandes amores en su vida: su niño Kevin, su esposo José Manuel Gil Ávalos y este oficio que la estimula cada día más.
Hemos trabajado dentro de la chimenea, sacando los escombros por sectores y cada una hora nos relevamos, nos cuenta.
Este sábado, junto a una casa de campaña, conversamos con Judith y su esposo, también miembro del Grupo.
José Manuel Gil Ávalos es delgado y de mediana estatura, y como su gran amor, vive enamorado de su hijo y de esta riesgosa profesión.
No tengo privilegios en el grupo por ser su esposo, ella es mucho más exigente conmigo, por eso tengo que ser el más disciplinado y organizado, precisa el joven.
Ambos rescatistas matanceros llevan trece años casados y siempre enfrentan juntos cualquier tarea por difícil que sea.
Gil se ha especializado en labores de trabajos en alturas verticales, buceo, y en trabajos en sitios de extremo confinamiento.
«Me satisface ayudar a las personas, salvar vidas», sostiene Gil.
Por modestia apenas comentan que los dos sufrieron quemaduras de segundo grado durante el siniestro en supertanqueros, ella en los oídos y la espalda, y él en los dos oídos.
Eso pasa, coinciden ambos, pero no nos aminalamos, reiteran, al contrario, siempre estamos dispuestos ante cualquier contingencia por dura que sea.
En la conversación enfatizan que la mayor felicidad es rescatar con vida a personas que hayan sufrido cualquier tipo de traumas o accidentes.
Ellos, después de más de 24 horas de trabajo en las labores en la termoeléctrica, continúan los trabajos junto a su equipo.