Francis Oramas García asegura que se trabaja para que los datos sean atractivos a las entidades. Autor: Enrique González Díaz Publicado: 07/09/2021 | 07:41 pm
De pequeña, Francis Oramas García solo tenía en mente jugar con las calculadoras; incluso cuando montaba una escuelita, las clases eran sobre números. No es casual, siempre vio el ejemplo de su papá, que al ser economista le transmitía esa pasión por las matemáticas. A la hora de escoger una profesión, no dudó en seguir sus pasos y lograr un título en la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana.
Esta artemiseña comenzó a trabajar en la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) como parte de su servicio social, y ahí encontró un espacio perfecto para superarse profesional y personalmente. «Somos una gran familia, y me encanta la manera en que acogen a las personas jóvenes y recién llegadas, hay ambiente de aprendizaje, oportunidades y sobre todo, de responsabilidad».
Actualmente se desempeña como directora de Estadísticas Industriales, y acota que es todo un reto lograr que las empresas comprendan el porqué se le pide tanta información y la importancia de que esta llegue con calidad.
«Nosotros nos estamos perfeccionando, tomando ejemplos de buenas prácticas en otros países, y sabemos que para muchas entidades el trabajo con los datos puede ser pesado, por lo que estamos esforzándonos para lograr que les resulte más atractivo».
La joven de 30 años lo tiene muy claro: «la estadística es vital para los procesos de cambio en los que se encuentra inmerso el país actualmente, pues aporta datos concretos que permiten medir la efectividad de todas esas políticas sociales y económicas».
No solo es importante la estadística en el plano empresarial, sino que influye mucho en la vida de las personas. Por eso quisiéramos que sean cada vez más quienes se familiaricen con nuestro sitio web, con los análisis que hacemos, para que conozcan cómo se mueve el país en materia de datos, agrega.
Entre estadísticas y números
Cada 6 de septiembre Cuba honra a sus profesionales de la estadística, quienes con su trabajo brindan a la sociedad un acercamiento lo más preciso posible a los análisis periódicos del quehacer integral de los territorios, fundamentalmente en los estudios demográficos, económicos y sociales, en los que sobresalen las estadísticas de salud, atendiendo a la situación epidemiológica actual.
Precisamente, la pandemia ha sido un reto para los trabajadores de la ONEI. Las jornadas laborales, así como la dinámica del trabajo, se han modificado y han surgido nuevas maneras de hacer para garantizar la captación, procesamiento y difusión de la información oficial, manteniendo la vitalidad del sistema y que —por ningún motivo— haya un apagón estadístico.
En ese empeño, la ONEI cuenta con 2 565 trabajadores, distribuidos por todas las representaciones territoriales y el órgano central. De ellos, 539 son jóvenes de hasta 35 años, que se insertan en la estrategia de renovar el personal en función de la continuidad, y que exista la combinación entre experiencia y juventud.
Gran parte de los jóvenes ocupan responsabilidades de dirección, están al frente de actividades principales y aportan ideas renovadoras, con el propósito de impulsar las transformaciones necesarias para construir un mejor país.
Así lo piensa Yarelis Humara Lorenzo, quien se incorporó a la oficina en marzo último y ya se ha involucrado en el mundo de los números. La muchacha de 29 años viene del ámbito del Derecho, y aunque no tenía mucha experiencia, sus compañeras de trabajo la han ayudado y asesorado para que aprenda las ventajas de la estadística, ya que «su perfil profesional es muy bueno por sus habilidades en el conocimiento de la legislación y las normativas», como aseguran.
Graduada en 2014, la abogada es ahora jefa de departamento de la Dirección de Auditoría de la Información. «Nosotros nos encargamos de garantizar el cumplimiento de lo que está legislado en relación con el Sistema de Información del Gobierno. Por eso, realizamos auditorías de cumplimiento y fiscalizamos la información estadística de los órganos, organismos y sus entidades subordinadas».
Agrega que las acciones de control que ejecutan contribuyen a mejorar de forma sostenible la confianza y la credibilidad de la información que requiere el Gobierno, incluyendo las estadísticas oficiales, pues estas acciones permiten identificar, evaluar y corregir las distorsiones durante los procesos de elaboración de la información en sus diferentes ámbitos de gestión.
En la ONEI, las nuevas generaciones llevan en los hombros la responsabilidad de manejar datos útiles que influyen en la mayoría de los campos del conocimiento. Recientemente, la Oficina desarrolló por primera vez una encuesta telefónica que permitió conocer la manera en que los ciudadanos de la capital han enfrentado la COVID-19, cuyos resultados permitieron tomar decisiones por parte del Gobierno, para enfrentar los nuevos escenarios.
Entre sus proyectos y retos se encuentra la preparación y organización del próximo Censo de Población y Viviendas en 2022 —la investigación estadística más completa e importante que realiza un país—, y la modernización de las estadísticas económicas, en especial el cambio de año base de las Cuentas Nacionales. En ambas influye el avance en el proceso de informatización y mejoras en la infraestructura.
Sus trabajadores también están involucrados activamente en la Tarea Ordenamiento, desafío con el que comenzó este 2021 y en el que se trabaja en el diseño de la encuesta de ingresos y gastos de los hogares y en el cálculo de los índices de precios para medir las principales transformaciones del modelo económico y social cubano.
Para planificar el futuro
Cuando Marlon Milián Monzón comenzó a estudiar estadística en la carrera de Economía, no sintió una atracción especial, pues pensó que lo alejaba de su pasión por planificar procesos que aporten al futuro de la nación.
El futuro debe ser planeado sobre la base de los datos del pasado, afirma el joven Marlon Milián Monzón. Foto: Cortesía del entrevistado
«Me costó tiempo entenderlo, pero ahora sé que sin estos análisis no se pueden plantear proyectos, pues el futuro debe ser planeado sobre la base de los datos del pasado», dice el economista de 37 años, quien considera que su labor es imprescindible para que el país cuente con estadísticas oportunas, transparentes y confiables, lo que evitará que se tomen decisiones erróneas.
El actual director general de Estadísticas económicas, sociales y medioambientales, nacido en Artemisa, considera que existen directivos que no están familiarizados con el trabajo de los números y toman muchas decisiones según su percepción.
«Es nuestro trabajo como profesionales de esta rama explicarles a las personas la necesidad de trabajar con datos y estadísticas confiables, pues reflejan el comportamiento amplio de la realidad, no solo aquello que vemos desde nuestra posición».
En ese sentido, este joven considera que con su quehacer puede aportar a ese cambio de mentalidad, y a que funcionarios y población en general se enamoren de las estadísticas, como le pasó a él, pues con ella pudo aprender cómo mirar al país desde sus datos y números, para poder interpretarlo y trazar estrategias.
El trabajo que hacemos en la ONEI le brinda a la nación una realidad decodificada, que permite ser comparable a nivel territorial en las provincias y municipios, y hasta a nivel internacional.
«Nos satisface mucho ver cómo Cuba aparece en las estadísticas internacionales a la altura de países desarrollados en temas sociales y de desarrollo humano, porque en esos datos va nuestro esfuerzo y aporte».