Durante el Congreso se obsequiaron varios presentes al General de Ejército Raúl Castro Ruz: una fotografía que recuerda un instante de la «boda rebelde» entre él y Vilma, así como un álbum con estampas de mujeres cubanas, como testimonio del protagonismo de ellas dentro de la Revolución. Autor: Estudios Revolución Publicado: 08/03/2019 | 10:10 pm
«¡Viva la Federación de Mujeres que han cumplido las indicaciones del Comandante en Jefe!», exclamó en la mañana de este viernes, en la clausura del 10mo. Congreso de la FMC, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido.
«Más que nunca nos hace falta hoy la fuerza y la moral de nuestras mujeres», añadió Raúl, quien recibió de las delegadas una cerrada ovación en el Palacio de Convenciones de La Habana, las que también acompañaron emocionadas las siguientes palabras pronunciadas por él, justamente, en el Día Internacional de la Mujer: «¡Viva Fidel, viva Vilma…!».
Minutos antes —en una sesión que contó, además, con la presencia del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y del Segundo Secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, así como de otros dirigentes del país y delegadas en representación de la Isla en pleno— Raúl recibió una fotografía cuyo contenido recuerda un instante de la «boda rebelde» entre Vilma y él.
Emocionado, y en visible gesto de gratitud, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba besó la imagen. Y seguidamente tomó en sus manos un álbum con estampas de mujeres cubanas, como testimonio del protagonismo de ellas dentro de la Revolución. Igual obsequio de especial valor recibió Machado Ventura.
En una cita marcada por la música y el recuerdo de frases inolvidables de Fidel («Aquí no solo luchan los hombres; aquí, como los hombres, luchan las mujeres»), confluyeron mujeres paradigmáticas como Asela de los Santos Tamayo, fundadora de la FMC y combatiente, junto a Vilma Espín, en la clandestinidad y en la Sierra Maestra, así como Esther Puebla Viltre (Teté), primera mujer con grados de General en Cuba y luchadora junto a Fidel en la Sierra.
Teresa Amarelle Boué fue ratificada como Secretaria General del Comité Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas y, en consonancia con sus resultados en el trabajo de la organización, varias provincias recibieron reconocimientos: la de Camagüey y Sancti Spíritus, en condición de vanguardias; y como destacadas, las de Granma, Guantánamo y Las Tunas. Igualmente, la provincia de Artemisa mereció una distinción especial por sus logros sostenidos en el trabajo de la organización.
La jornada de clausura resultó propicia para que las federadas, en una declaración pública, manifestaran el compromiso con Fidel y con Vilma, de ser continuadoras de la obra de la Revolución. También denunciaron y condenaron el actual peligro imperialista, la agresión estadounidense contra el hermano pueblo de Venezuela, la injusta condena a Luis Inacio Lula Da Silva, el incumplimiento de los acuerdos de paz en Colombia, el recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba, el terrorismo, el narcotráfico, el crimen organizado, y el asesinato de mujeres.
Llamamos a todas las mujeres del mundo —expresa la Declaración— a construir y a consolidar la unidad; solo así se podrá hacer frente al imperialismo.
La Revolución Cubana y sus mujeres
Las palabras centrales del acto de clausura del 10mo. Congreso estuvieron a cargo del Segundo Secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, quien afirmó que si algo no ha faltado al pueblo cubano, a lo largo de su historia, han sido los retos difíciles, el trabajo intenso y las constantes agresiones de poderosos enemigos, en primer lugar del Gobierno imperialista de Estados Unidos que hoy se empeña en revivir la triste época de los marines yanquis invadiendo uno tras otro a los países de Nuestra América, casi sin excepción.
«Ante cada acto agresivo, los cubanos y cubanas firmemente unidos, con serenidad y determinación, hemos asumido invariablemente el precio que implica la decisión de vivir con la frente en alto», explicó.
De igual modo, Machado Ventura hizo alusión al hermano pueblo de Venezuela, bolivariano y chavista, que con su extraordinario ejemplo de valor y dignidad defiende la verdad frente al enorme despliegue de mentiras, dispuesto a enfrentar la agresión militar con que algunas mentes calenturientas, traidoras y vendepatrias, sueñan.
«Ratificamos, enfatizó, nuestro incondicional apoyo a Venezuela, a su pueblo y Gobierno legítimo, encabezado por el presidente Nicolás Maduro Moros, junto a la decisión de seguir haciendo cuanto esté a nuestro alcance para evitar que la guerra, el sufrimiento y la muerte se enseñoreen sobre nuestra región, consecuentes con lo acordado por los jefes de Estado o Gobierno del continente, que hace cinco años, aquí en La Habana, refrendaron con su firma la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz».
Machado Ventura no pasó por alto la firmeza y la convicción con las cuales cubanas y cubanos, el pasado 24 de febrero, dimos un contundente Sí a la nueva Constitución de la República. De ese modo, resaltó, hemos ratificado la inquebrantable decisión de preservar nuestro socialismo; ahora, con una Carta Magna ajustada a las tareas y condiciones del presente y el futuro.
Más que destacada, valoró al respecto, fue la participación de nuestras compatriotas en la ejemplar consulta popular, sin parangón en otras latitudes, en que la inteligencia colectiva tanto aportó a que la nueva Ley de leyes refrendara con claridad meridiana las conquistas revolucionarias.
Con especial énfasis, reflexionó Machado Ventura: la Carta Magna expresa la plena igualdad de la mujer y sus derechos en todos los órdenes, el papel primordial de la familia, el deber del Estado y la sociedad en su conjunto de proteger a la infancia y a las personas desvalidas, en fin, las muchas realidades presentes en Cuba, que desafortunadamente no pasan de ser quimeras para la gran mayoría de los pueblos del mundo.
Sobre la participación de las mujeres en las tareas esenciales del país, reflexionó que la mitad de las responsabilidades de dirección en el Estado y en el Gobierno son desempeñadas por ellas, incluido más del 42 por ciento de los llamados «cargos decisorios»; y en la Asamblea Nacional del Poder Popular, destacó, las diputadas representan el 53,2 por ciento en la actual Legislatura.
«No se trata, enfatizó, de ningún regalo o concesión por parte de nadie»; y recordó el mensaje de Raúl, cuando felicitó a la FMC en uno de sus aniversarios y dijera que la organización no solo ha desempeñado un papel decisivo en la batalla por la igualdad de la mujer, sino que ha hecho algo más importante aún: se ha ganado el derecho a que todos los cubanos la sintamos como cosa propia, porque nuestras federadas han sabido arrimar el hombro en el trabajo, el estudio y la defensa, han estado invariablemente dispuestas a compartir con sus compañeros alegrías, peligros y dificultades.
De otras ideas importantes habló Machado Ventura: de seguir la batalla por los derechos de la mujer; de que las instituciones se sigan esforzando en desarrollar servicios y productos que aminoren la carga de tareas domésticas en la medida que lo permitan las posibilidades económicas, del avance de ellas en todos los órdenes.
«Ya es determinante, afirmó, la fuerza femenina en sectores decisivos, no solo en la educación y la salud, donde lo son hace tiempo, sino también, y cada vez más, en producciones y servicios de gran peso en la economía nacional.
«Por tanto, hay que pensar en vías que contribuyan a un papel más protagónico de la Federación de Mujeres Cubanas en esos importantes frentes, sin disminuir la atención a los restantes».
Muchas veces las delegadas mencionaron a nuestro Comandante en Jefe, al General de Ejército Raúl Castro Ruz, y a Vilma Espín, presidenta por siempre de esta organización. No podía ser de otra forma, reflexionó Machado a propósito del 10mo. Congreso, porque, «en cada conquista alcanzada por la mujer cubana en estos años, está presente el pensamiento y la permanente acción de ellos, no pocas veces frente a conceptos y prejuicios arraigados profundamente en la mente de buena parte de nuestros compatriotas.
«En esa larga batalla que aún continúa, pero en la que ya son notables los éxitos, es necesario resaltar el extraordinario papel desempeñado por Vilma. El amor y la pasión con que trabajó en favor de la niñez, de la juventud, y de las personas discriminadas o en situación desventajosa; su permanente batallar para que prevaleciera cada vez más el respeto a los derechos de cada ser humano, sin distinción alguna, su infinita paciencia para, con la dulzura que la caracterizaba, persuadir, convencer, sin imponer criterios pero con total firmeza, y sin hacer la menor concesión de principios».
Con resultados superiores
El mejor homenaje a Vilma es dar continuidad a su obra, y así lo han hecho nuestras federadas, expresó Machado Ventura, quien comentó que ellas «llegan a este Congreso con resultados superiores en los principales indicadores, en particular en el trabajo de las delegaciones y bloques, el eslabón donde realmente se materializa y hace efectiva la labor de la organización».
Son avances, explicó, que tienen como punto de partida el análisis objetivo y autocrítico del trabajo, al que ha seguido un esfuerzo organizado y sistemático, encaminado a ir resolviendo cada deficiencia de manera paulatina, sin pretender dar saltos espectaculares.
«Sabemos que ello ha requerido un notable esfuerzo, subrayó, en especial de las cuadros profesionales y dirigentes de base, que con frecuencia han tenido que asumir funciones de otros cargos vacantes.
«Se va comprendiendo mejor a todos los niveles que las circunstancias actuales difieren mucho de las existentes años atrás. Una realidad que actúa sobre la mente de las personas y se manifiesta en su conducta».
Sería absurdo, recalcó el Segundo Secretario del Comité Central del Partido, pensar que los métodos y las formas de actuación que la organización empleó años atrás van a rendir iguales frutos en el presente. Por eso es tan valioso, enfatizó, «que como resultado del proceso orgánico del Congreso, continúe mejorando la proporción entre dirigentes experimentadas, y jóvenes, pues estas últimas, por razones obvias, son las más dispuestas a explorar nuevos caminos».
Siempre habrá lugares que avancen menos, deficiencias nuevas o viejas que erradicar, problemas que resolver e incomprensiones que explicar. Esa es la batalla perenne del revolucionario, meditó Machado Ventura, quien comentó que se trata de una organización que integra a más del 90 por ciento de las adultas y adolescentes del país, ese amplio abanico de intereses, costumbres y conocimientos, cuyo elemento unitario es la tierra amada en la cual nacieron.
Esa unidad es una lección, recordó, «que nos transmitió el compañero Fidel aquel histórico 23 de agosto de 1960, y es la brújula que debe guiar siempre a la organización».
La prevención —un frente que por su sensibilidad y humanismo resulta insustituible en la labor de las mujeres—, estar conscientes de que lo esencial de las tareas no es el número sino la calidad y la efectividad de las mismas, y la comunidad como escenario por excelencia de la organización, fueron otros conceptos abordados por el Segundo Secretario.
A las federadas, Machado Ventura les pidió estar alertas, no descuidar espacios cardinales como la escuela y la familia. Y sobre el ámbito de la defensa, expresó que este «sigue siendo un frente muy importante, como vienen demostrando con creces los acontecimientos más recientes. Entre otras tareas, la FMC debe contribuir a que más muchachas y sobre todo sus padres, comprendan el valor del Servicio Militar Voluntario Femenino, en un país donde la situación demográfica hace imprescindible el aporte de la mujer a las Fuerzas Armadas, en cuyas filas además consolidan su formación y cuentan con amplias posibilidades de superarse».
Continuará habiendo muchas cosas que hacer y métodos y formas de llevarlas a cabo, dijo Machado a las delegadas, pero tengan siempre presente que nada sustituye la conversación franca y directa con las personas.
La Federación de Mujeres Cubanas, enfatizó, ha sabido mantenerse en el sitial de honor al que supo llevarla Vilma. «Ha sido consecuente con el compromiso que significa haber sido fundada por el líder histórico de la Revolución, quien fue además su principal promotor, el más firme convencido de su importancia y de su papel insustituible en la sociedad, y a la vez el principal impulsor de cada una de sus tareas.
«En nombre de la dirección de nuestro Partido, resaltó, reciban un merecido reconocimiento por el trabajo realizado todas nuestras federadas, la dirección de la organización, y su secretaria general, la compañera Teresa Amarelle Boué.
Finalmente, como exhortara Fidel aquel 23 de agosto de 1960, Machado Ventura convidó a trabajar, a organizar y a poner en actividad el espíritu creador, el entusiasmo de la mujer cubana, para que ella, en esta etapa revolucionaria, haga desaparecer hasta el último vestigio de discriminación y tenga, por sus virtudes, y por sus méritos, el lugar que le corresponde en la historia de la Patria.
Durante el Congreso se obsequiaron varios presentes al General de Ejército Raúl Castro Ruz: una fotografía que recuerda un instante de la «boda rebelde» entre él y Vilma, así como un álbum con estampas de mujeres cubanas, como testimonio del protagonismo de ellas dentro de la Revolución.
José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido, pronunció las palabras centrales del acto de clausura del 10mo. Congreso de la FMC.
La FMC ha sido consecuente con el compromiso que significa haber sido fundada por Fidel.
La juventud constituye una importante cantera para la continuidad de la FMC.
El Congreso de la FMC coincidió con la celebración del Día Internacional de la Mujer, fecha que también las cubanas conmemoran cada año.