Ni armas, ni dinero, ni sofisticados medios de propaganda: la claves de la poderosa fuerza política del Foro de Sao Paulo (FSP) residen en el natural vínculo del agrupamiento de partidos políticos de izquierda y progresistas con extensas redes del movimiento social y popular, que defienden la misma aspiración al desarrollo independiente y soberano de los pueblos del Caribe y América Latina, libres de la tutela imperialista y neoliberal.
El debate abierto y plural de ideas, experiencias y propuestas, que permita llegar a programas unitarios de acción, iluminó las sesiones realizadas este lunes en el Palacio de Convenciones de La Habana, en el que participaron más de 200 representantes de organizaciones y movimientos de la región entroncados en diversas articulaciones y plataformas.
Con mucha razón, la cubana Mirta Cervantes, moderadora del intercambio, destacó la calidad de las exposiciones y el diálogo, «sin que nadie se moviera de su sitio», como la mejor muestra del interés de salir más fortalecidos y unidos.
La representante de la legendaria Organización de los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAAL), resaltó como un imperativo de este encuentro del FSP «la urgencia de la unidad para detener la ofensiva contrarrevolucionaria actual».
Al respecto abogó por «un diálogo respetuoso de la pluralidad política e ideológica», compartir ideas-fuerza y acciones movilizadoras, que permitan «elaborar una respuesta a la guerra antipopular, basada en la emancipación antimperialista».
Una de las primeras acciones que debe surgir de este encuentro en La Habana –proclamó- es la convocatoria a un «Día de movilización continental por la libertad de Lula», el líder del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) y fundador del FSP, encarcelado sin pruebas para impedir su reelección.
El debate se vio privilegiado por la asistencia de la Secretaria Ejecutiva del FSP, la brasileña Mónica Valente, quien lo definió como una «articulación de 110 partidos políticos de izquierda y progresistas, del Caribe y Latinoamérica -no una internacional, aclaró- todos opuestos al neoliberalismo, el imperialismo y el Consenso de Washington, en el que se decide por consenso».
Valente se declaró muy satisfecha por el nivel de asistencia a este Cuarto Encuentro del FSP en La Habana y expresó su confianza de que saldrá mucho más unido y fortalecido.
Entre las articulaciones y movimientos que explicaron su estructura, integrantes y planes, así como su disposición a sumarse al programa de acción que se apruebe aquí se destacó «ALBA Movimiento» que abarca a muchos otros países, además de los estados miembros de la Alianza, inspirada por Hugo Chávez; la extensa «Asamblea de los Pueblos» que tiene una proyección tercermundista y solidaria más amplia que el FSP, así como la «Asamblea de los pueblos del Caribe», que incluye a las naciones anglófonas de la región.
Rafael Freire, del agrupamiento de organizaciones sociales denominado «La Jornada» expuso planes para un nuevo encuentro continental a principios de 2019 y puntualizó una serie de acciones movilizadoras, dirigidas a impedir el avance de la ofensiva neoliberal en Argentina, Brasil y otros países.
Asimismo, puntualizó que esa articulación «no quiere competir, ni suplantar a cualquier otro movimiento». Necesitamos –dijo- una unidad en la movilización para una jornada continental.
Otro participante inesperado al cónclave fue Adán Chávez, del Partido Socialista Unido de Venezuela, quien explicó la compleja situación prevaleciente en su país. En referencia a todos los intentos desestabilizadores, que pretendieron deslegitimar al gobierno electo de Maduro. «No han podido, ni podrán», dijo.
Esas victorias se deben a la firmeza del pueblo venezolano y al apoyo de la solidaridad, agregó.
Chávez exaltó que «la unidad para la integración es vital. La unidad se construye, no se decreta, enfatizó.
Debemos aceptar que el imperio ha acumulado algunas victorias circunstanciales, pero vamos a resistir y vencer, en paz. Vamos a seguir consolidando la paz, subrayó.
Respaldado por fuertes aplausos de aprobación, Chávez exclamó: «Y estoy seguro de que Lula será nuevamente presidente de Brasil».
A medida que los delegados a los debates de esta comisión de articulaciones y movimientos sociales abordaban las urgencias de un programa de acción, crece la confianza en que la fuerza movilizadora del Foro de Sao Paulo puede libertar a Lula, símbolo de la urgencia de la unidad latinoamericana y caribeña.