Con Historia de un ser de otro mundo, La Colmenita rindió homenaje a Abel. Autor: Sadiel Mederos Publicado: 20/10/2017 | 11:15 pm
Abel representa el modelo de los jóvenes que necesitamos en nuestra sociedad: alegre, profundo y dispuesto a sacrificarlo todo por el bien común; pero sobre todo, entregado por entero a las tareas en su puesto del deber, enfatizó Ronal Hidalgo Rivera, segundo secretario del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, al hablar aquí la víspera en la velada político-cultural por el aniversario 90 del natalicio del segundo jefe del ataque al Cuartel Moncada.
Hidalgo Rivera subrayó la necesidad de forjar esas cualidades en las nuevas generaciones; y evocó que en la gesta revolucionaria descollaron los mejores valores de Abel: organizado, de seriedad probada y discreción extraordinaria, capaz de poner los pocos recursos que tenía a disposición de la causa.
Destacó asimismo distintas facetas de la trayectoria de Abel y, en especial, esa empatía que nació de inmediato entre él y Fidel —quien por su entrega en los preparativos revolucionarios lo calificara como el alma del Movimiento 26 de Julio— y que para nosotros Santamaría es ejemplo y modelo de toda una generación extraordinaria.
Acudieron al homenaje Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; el Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez, miembro del Buró Político; Omar Ruiz Martín, del Secretariado del Comité Central; y Julio Lima Corzo, primer secretario del Partido en Villa Clara, así como familiares de Abel invitados especialmente.
Gracias a esa magia de los niños para contar y escenificar, llegó un Abel Santamaría nítido en su grandeza mediante la obra Historia de un ser de otro mundo, estrenada en la ocasión.
Los presentes se conmovieron ante la puesta —protagonizada por La Colmenita y basada en pasajes de la infancia, adolescencia y del joven ya inmerso en los preparativos revolucionarios—, que tuvo el gran incentivo de ser una entrega artística solicitada por el Comandante en Jefe Fidel Castro a Carlos Alberto Cremata, director de la agrupación, porque sentía que se hablaba poco de Abel.