Muchas personas de Cuba y del mundo llegan hasta el SantaClara para reecontrarse con la historia y la mística que rodea al legendario Guerrillero. Autor: Arelys María Echevarría/ACN Publicado: 06/10/2017 | 07:37 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— Son muchísimos los gestos impactantes de admiración y cariño que se le profesaron y profesan al Guerrillero de América, lo mismo por sus corajudos compañeros de batallas, jefes de Estado y renombrados intelectuales, que por el ser más humilde.
Esos homenajes brotan de múltiples maneras y resultan hasta sorprendentes, casi inimaginables. Y entre todas esas sentidas ofrendas, Che Guevara sigue estando colosal.
El libro de visitantes del Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara, de esta ciudad, recoge parte de ese sentimiento universal con que se recuerda al Héroe. Se inauguró el 17 de octubre de 1997, cuando llegaron los restos del Che. Fidel escribió aquel día: «¡Hasta la victoria siempre!», mientras Raúl le dedicó un «¡Hasta siempre, Comandante!»
Comenzó así una tradición que ha permitido que innumerables personalidades de la política, la cultura, el deporte, así como familiares de los guerrilleros, expresen sus más íntimas impresiones de admiración hacia el inolvidable combatiente.
El libro ha dejado ya para la historia un testimonio valiosísimo. A pocas horas de conmemorase en esta tierra el aniversario 50 de la caída en combate del Guerrillero en tierra boliviana, compartimos un pequeño muestrario de lo hilvanado y escrito en medio de la emoción, desde el lugar donde se resguardan los restos mortales del Héroe.
«Tu pueblo que es mío, decía el Che a Fidel… y ¡cuánto aportó a la obra revolucionaria en los breves años que estuvo entre nosotros! ¡Y cuán valiosas sus enseñanzas, su ejemplo, vivos hoy en la conciencia de este, su pueblo; presentes en lo mejor de la formación de cada nueva generación de cubanos!
«Que siga siendo por siempre este lugar donde se atesoren sus reliquias, los recuerdos de su vida, consecuente siempre con sus convicciones, lugar donde niños y jóvenes puedan beber de su ejemplo. (Vilma Espín de Castro)
«Hace algún tiempo visito este lugar, desde octubre pasado no volvía, es difícil, yo no voy casi nunca al lugar donde quedan los restos de los hombres, prefiero los lugares donde la vida florece por el recuerdo de esos hombres, pero algo especial me sucede aquí, es donde reposan los restos de mi papá y sus compañeros, pero no reposan en paz, pues por la patria en pie resplandecen y trabajan. Aprovecho para agradecer a mi pueblo su amor y respeto a mi padre, y les aseguro mi entrega total a la causa más hermosa: la dignidad plena del hombre». (Aleida Guevara March, Estefanía Machín Guevara y Celia Machín Guevara)
«Che: Siento en prosa lo que el genio poético de Ernesto siente en versos. Che: la poesía es tu vida. Gracias, Che». (Armando Hart Dávalos)
«En este lugar magnífico donde la muerte no existe y la vida sigue a torrentes, donde está el ejemplo exigente de los combatientes latinoamericanos encabezados por el Che, sentimos que los sueños más nobles son realizables, si hay seres humanos más revolucionarios íntegros como el Che». (Gladys Marín, secretaria del Partido Comunista de Chile)
«He sentido el mayor orgullo de mi vida al contemplar la imagen de mi foto cubriendo la lápida del Guerrillero Heroico. Esto vale una vida». (Korda, fotógrafo cubano que hizo la foto más impresionante y conocida del Che)
«Se sobrecoge el corazón al visitar este hermoso monumento a la memoria de nuestro Che y de sus heroicos compañeros». (Sergio Vitier, destacado compositor y músico)
«Nunca la historia se vuelve tan aplastante como al entrar a este lugar. Se sienten los gritos de combate, el galope de Rocinante, el tableteo de ametralladoras victoriosas. Jamás existirá un lugar más apropiado para gritar a los cuatro vientos “Hasta la victoria siempre”». (Inti Peredo, hijo de Inti Peredo, combatiente de la guerrilla boliviana)
«Como argentino, como cubano, como latinoamericano, vengo a rendir homenaje al Che, que nos enseñó a todos a ser mejores, que nos hizo comprometernos para siempre con el destino de nuestro pueblo. Y me marcho conmovido de este extraordinario monumento que lo recuerda junto a sus compañeros. Por la memoria y la lucha, siempre». (Miguel Bonasso, escritor argentino)
«Todos tenemos en común la pasión por la Revolución, por el comandante Ernesto Che Guevara y puedo ver los sentimientos de verdadero amor que le profesa el pueblo cubano, al que él también amó tanto». (Danny Glover, actor norteamericano)
«Conmueve la solemnidad de este lugar de obligada presencia para cualquier revolucionario cubano o de cualquier parte del mundo. Hoy he cumplido un compromiso que me había hecho hace muchos años en la prisión. Honor y gloria al Che y sus compañeros por su ejemplo y su guía» (Fernando González, Héroe de la República de Cuba)
«Venir aquí no es fácil, se hace un nudo en la garganta, el orgullo crece de todas maneras, a pesar del dolor y de la ausencia, gracias a todos los compañeros». (Sareska Pantoja, hija de Olo Pantoja, combatiente de la guerrilla boliviana)
«Comandante: Mi visita representa la reafirmación de los ideales más nobles y puros de la humanidad, por ellos que usted y sus compañeros en cada gesta mostraron sus cualidades. Con usted y Fidel siempre». (Roxana Vaca, hija del Guerrillero Lorgio Vaca Marcheti)
Miguel Barnet, Premio Nacional de Literatura, y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, dejó un poema que finalizaba con un verso: No es que yo quiera darte/pluma por pistola /pero el poeta eres tú.
Ofrendas
Personas de diferentes países le donan al Che objetos de particular valor sentimental, que en la actualidad llegan a casi mil, entre poemas, canciones, cartas, flores, banderas, prendas personales, condecoraciones, dibujos de niños, pinturas al óleo, velas...
El primer objeto registrado de la sorprendente colección de ofrendas, a los pocos días de la llegada de los restos del Comandante a Santa Clara, fue una flor roja enviada por Chichina Ferreira, la primera novia de Guevara. La mandó con su amiga Lilia G. Chávez, quien a su vez le dedicó un poema titulado Tu final.
El alcalde de la ciudad griega de Byron le trajo al Guerrillero Heroico un escudo de esa localidad. Dijo que lo hacía porque el gran poeta inglés luchó por la libertad de Grecia, y fue un internacionalista como el Che: «Ese hombre que merece honor por sus ideas», consignó en el libro de visitantes.
Un chileno envió la llave con que se evadió de la prisión en los tiempos de la sangrienta dictadura de Pinochet, porque prometió ofrecérsela al Héroe americano dondequiera que este se encontrara y en el momento en que le fuera posible hacerlo.
Niños y jóvenes se engrandecen cuando están frente al Héroe. Carolina Vilches Monzón
Sin dudas, uno de los objetos más originales y llamativos entre las ofrendas lo constituye la enviada por unos campesinos bolivianos que, en la semilla de una fruta de durazno, plasmaron el rostro del Che.
También hay historias tristes que vale recordar de nuevo, como la de un matrimonio alemán que, gracias a una organización de solidaridad con Cuba, pudo viajar a Santa Clara para cumplir un encargo sagrado de su hija Julia Lorez, muerta a los 17 años.
Ella les había pedido a sus padres que si moría debían depositar ante los restos de Guevara un recipiente de cerámica, una foto suya y un poema. Los padres lloraron el día que cumplieron la petición de su hija, pero les reconfortó haber cumplido el compromiso, según declararon.
Entre esos modos impredecibles del ser humano de expresar su asombro está el de los franceses Muriel Jeanne Paulette Couzi y Philippe Maurice Benoit, quienes celebraron su boda aquí en el Complejo santaclareño. Se les veía dichosos aquel día en el que declararon que habían cumplido el sueño de sus vidas.
Y así, entre ofrendas y palabras, desde el honor perpetuo que le profesan todos los que visitan su nicho-símbolo en esta urbe guevariana, el Che Guevara sigue cabalgando en la voz y la acción de las multitudes que lo enarbolan contra toda injusticia.