Esta imagen se la tomaron junto a los pobladores de la Punta de Maisí. Autor: Tomada del blog La imagen del día Publicado: 21/09/2017 | 05:39 pm
Con los zapatos gastados y las manchas del sol en sus rostros, caminan cinco jóvenes por los senderos de los campos cubanos tras las huellas de una historia mambisa, con el propósito de renovar los compromisos y las convicciones de una juventud que se siente protagonista de su tiempo.
Liliana, Alex, Reinaldo y Luis Enrique iniciaron su viaje el pasado 21 de julio, desde el Faro Concha en la Punta de Maisí. Luego a ellos se les unió Jesús Bernabé Prieto en Camagüey. Este recorrido los llevará por una ruta de más de 1 800 kilómetros, hasta el Faro Roncalli en el cabo de San Antonio, en Pinar del Río, en la segunda expedición nacional Ruta de Cuba por el camino de las Cien Ceibas.
«En el año 2010, en el 115 aniversario de la llegada de José Martí a Cuba, el 11 de abril de 1895 por Playita de Cajobabo, un grupo de jóvenes sembraron cien ceibas en el trayecto de Martí hasta Dos Ríos, y por donde pasó la Invasión de Oriente a Occidente de 1895, creando así un monumento natural de extensión nacional para perpetuar las dos rutas», explicó a JR Reinaldo Perera de Armas, joven de 26 años y líder del grupo.
«Por ello hemos visitado sitios que marcaron nuestra historia independentista, e intercambiado lo más que podemos con los pobladores de varias comunidades rurales, donde los vecinos a veces no saben que tienen monumentos nacionales, incluso en sus propios patios. De esa manera hemos pretendido incentivar el amor por la Patria y la historia local».
Razones de peso
Muchas veces los acompaña la soledad de la campiña y en otras las miradas curiosas de los que se preguntan quiénes son y qué hacen esos muchachos con esas mochilas tan pesadas y banderas en las manos por lugares tan intricados.
Sus razones les son suficientes para no desmayar en su empeño. «Esta era una idea que no se había podido materializar hasta ahora —nos dice el abogado Alex Nistal Daisson—. Yo llegué casi de casualidad, porque pertenezco a un grupo que se llama Nuestra América, de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM). Fue allí donde escuché a Reinaldo conversar con otros jóvenes sobre la posibilidad de reeditar la expedición del 2010 y me apunté como el primero, porque apoyo las ideas de este proyecto, que también quiere contribuir a la lucha por la liberación de los Cinco Héroes y apoyar a la Revolución Bolivariana».
Reinaldo, que es especialista de la SCJM y secretario ejecutivo del Consejo de Jóvenes Plaza Martiana, añade: «Todos pertenecemos al Club Ruta de Cuba de la SCJM; somos cerca de 16 amigos, cada uno trabaja en lugares diferentes, pero coincidimos en la pasión por la vida y obra del Apóstol y por la naturaleza».
Liliana Batista Columbié dejó atrás los locales de la Oficina del Conservador de la Ciudad de La Habana, donde labora como asesora jurídica, para adentrarse en esta travesía de cerca de 80 días, junto a su pareja Luis Enrique Isaac Blanco, Reinaldo y Alex.
Ella no olvida un aguacero que los sorprendió al salir de Guantánamo y que les causó a todos unas ampollas que hacen más difícil caminar bajo el castigo del sol.
«Los varones me han apoyado muchísimo, me esperan cuando me atraso, me “añoñan” un poco, pero tengo que esforzarme porque caminan bastante rápido. Hacemos cuentos por el camino, escuchamos un poco de música o disfrutamos del silencio en algunas ocasiones».
Ante la pregunta de este reportero de si podía completar el trayecto, no dudó en exclamar: «¡¿Cómo?! Yo sí llego, aunque sea con un bastón».
Su esposo Luis Enrique trabaja en la Sociedad Espeleológica de Cuba y por ello ve la interacción del hombre con la naturaleza como una de las cosas que más lo han marcado en este recorrido.
Según Alex, en el camino han descubierto que «faltan muchas ceibas de las sembradas en 2010, porque se las llevaron los ciclones u otras se han muerto. «Entonces aprovechamos esta oportunidad para hablar con los encargados y las autoridades locales para rescatarlas».
Luis Enrique asegura que se necesita una gran dosis de esfuerzo, voluntad y convicciones bien profundas para asumir este reto, e invita a otros jóvenes cubanos a que mantengan viva esta iniciativa con próximas ediciones.