Raúl Castro se reunió con el Consejo de Defensa Provincial de Santiago de Cuba. Autor: Geovani Fernández Publicado: 21/09/2017 | 04:55 pm
“¿De qué magnitud fueron los terremotos de 1932 y 1947?” “¿Es la influencia de la fosa de Batle o del movimiento de la placa?” ”¿Por qué no produjo un tsunami el sismo de Haití?” “¿Cuáles son los terremotos más violentos, los de desplazamiento vertical u horizontal?” “¿Cómo se originó y de qué características fue el de Chile?”
Como estas, fueron más de setenta las preguntas e intervenciones de Raúl, que abarcaron desde conceptos teóricos generales hasta detalles prácticos y técnicos, durante los análisis que presidió en Santiago de Cuba el pasado domingo, sobre las causas, consecuencias y medidas preventivas a adoptar ante un sismo de considerable intensidad, a raíz del ocurrido el día anterior en las aguas al sur del oriente cubano, con una magnitud de 5,5 en la escala de Richter.
Su principal interlocutor fue el Doctor en Ciencias Bladimir Moreno Toirán, director del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, quien fue claro y preciso en cada respuesta, con el auxilio de mapas y gráficos.
Por su parte, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros aclaró desde el comienzo que su principal propósito en este encuentro era aprender, aunque también narró brevemente sus recuerdos al lidiar con la sorpresa que siempre provocan estos fenómenos telúricos, desde la niñez en Birán, en la cárcel de Boniato luego del asalto al Moncada y durante la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
El Dr. Moreno explicó a Raúl y al resto de los dirigentes participantes en el encuentro, que el movimiento telúrico en Haití genera otras tensiones en la vecindad; se sacude la tierra y libera energía en un sitio, pero la acumula en otro, y ello altera el régimen sísmico en la parte oriental de Cuba.
Luego de escuchar el informe sobre las afectaciones ocurridas, el Segundo Secretario del Partido orientó: “Sacar experiencia de todas, estudiarlas una por una y actuar en consecuencia”. Indicó igualmente informar a la población sobre los daños, pero hacerlo de forma razonada y sensata, sin estridencias ni sensacionalismo.
En su momento –señaló– el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente deberá explicar estos fenómenos a la población de forma amplia mediante los medios de difusión masiva, lo que pudiera ser a través de una intervención del propio Dr. Moreno, e indicó comenzar a trabajar en esta dirección de inmediato.
Narró las medidas adoptadas para avisar a la ciudad de Baracoa sobre la posibilidad de un tsunami tras el terremoto de Haití. Dado el escaso tiempo con que se contaba, se decidió emplear los helicópteros de las FAR con altoparlantes ubicados en esa zona para la lucha contra el tráfico internacional de drogas en las aguas cercanas a la isla. Reconoció la rápida reacción de las autoridades y la población en general, que en menos de media hora se puso a resguardo en las alturas próximas.
Raúl explicó brevemente cuanto se viene haciendo para enfrentar los desastres naturales cada vez más frecuentes y diversos como los huracanes, las sequías y las elevaciones del nivel del mar, tanto coyunturales como permanentes. Son hechos –afirmó– que demuestran la importancia de los estudios que se realizan, de las medidas que se vienen adoptando y del trabajo de la Defensa Civil en su conjunto.
No obstante, insistió en que por razones obvias, el terremoto es el desastre más complejo de enfrentar. “La experiencia internacional indica que donde se produce un sismo gran parte de los dirigentes locales quedan anonadados”, y afirmó que en nuestro caso esto no ocurrirá, porque está previsto quien asume el mando ante la ocurrencia de desastres sorpresivos como un terremoto.
Mucho aprendimos todos durante esta intensa jornada, en que estuvieron presentes también el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, miembro del Buró Político y viceministro de las FAR, el General de División Ramón Pardo Guerra, Jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, y los integrantes del Consejo de Defensa Provincial de Santiago de Cuba, encabezados por su presidente Lázaro Expósito Canto.
Realmente, los sismos capaces de provocar daños materiales considerables (de magnitud 7 o superior en la escala de Richter) han sido fenómenos relativamente poco frecuentes en nuestra isla.
No obstante, como alertó Raúl, el hecho de que un huracán deja un margen de tiempo suficiente, un tsunami bastante menos y un terremoto ninguno, implica que en el caso de estos últimos, de lo que no se haya hecho antes no es posible hacer nada después que ocurra. Resulta vital por tanto cada medida preventiva y especialmente lograr que todos sepan qué hacer.
“Hay que prever todo y más ahora. No hemos padecido grandes desastres de este tipo, no tenemos la experiencia de otros países y por tanto hay que sacar el mayor provecho posible de estos pequeños eventos, como el que acaba de ocurrir”, concluyó Raúl.