A su llegada a Cuba en noviembre de 2008, el Presidente de la Federación de Rusia, Dimitri Medvedev, fue recibido por el vicepresidente del Consejo de Ministros, Ricardo Cabrisas, así como por el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, y el titular de Inversión Extranjera y Colaboración Económica, Rodrigo Malmierca.
Por la parte rusa lo acompañaban el vicepresidente del gobierno de la Federación de Rusia, Igor I. Sechin; Serguei E. Prikhodko, asesor del mandatario; Serguei I. Shmatkó, ministro de Energía, y Mijaíl Kamynin, embajador del país euroasiático en Cuba, entre otras altas personalidades políticas.
Aquí, sostuvo un encuentro con Fidel Castro, calificado por el propio Medvedev de «muy interesante». En sus Reflexiones sobre esa reunión, el líder de la Revolución Cubana destacó que constituyó un gran estímulo y quedó con un alto concepto sobre la capacidad intelectual de Medvedev, que ya había imaginado en él.
Sobre la estancia del mandatario ruso en Cuba, Raúl dijo: «Ha sido una buena visita, una magnífica visita», luego de que ambos dirigentes sostuvieran conversaciones oficiales donde se definieron líneas de trabajo para los próximos tiempos.
En el encuentro el presidente cubano agradeció la ayuda brindada por Rusia ante el paso por la Isla de tres huracanes en apenas dos meses; y Medvedev ratificó la disposición del pueblo, Gobierno y empresarios de su país de incrementar la participación rusa en el desarrollo de la economía cubana.
Antes, en privado, los mandatarios examinaron la marcha de las relaciones bilaterales y coincidieron en la importancia de continuar acrecentando los vínculos en diferentes campos, particularmente en el económico sobre la base del beneficio compartido. También intercambiaron criterios acerca de la situación internacional, en especial sobre la actual crisis económica mundial y sus consecuencias.
Como parte del programa oficial Raúl y Medvedev, visitaron la Santa Catedral de Nuestra Señora de Kazán, ubicada en la Avenida del Puerto.
En el hermoso templo, inaugurado en octubre pasado, les dio la bienvenida el Arcipreste Vladimir Kliuev, quien dialogó con Medvedev y, posteriormente, acompañó a ambos mandatarios a encender un cirio ante el altar.
Medvedev obsequió a la Santa Catedral, un icono de Nuestra Señora de Vladimir, uno de los más venerados en la fe ortodoxa rusa y al término de esta visita, realizaron un amplio recorrido por La Habana colonial.
El máximo dirigente de la nación euroasiática también rindió tributo al Héroe Nacional de Cuba en la Plaza de la Revolución y colocó una ofrenda floral en el Mausoleo dedicado al Soldado Internacionalista Soviético, en La Habana.
Hoy Cuba y Rusia mantienen excelentes relaciones político-diplomáticas, encaminadas a elevar los vínculos económico-comerciales entre ambas naciones. La presencia del presidente cubano en el hermano país, es una muestra de la superación evidente de estas relaciones bilaterales.