Con un agradecimiento al pueblo, al gobierno cubano, y a Fidel en primer lugar, por las buenas condiciones de vida y de estudio creadas para los estudiantes chinos de lengua española, el embajador de esa nación asiática, Zhao Rongxian, intervino en la inauguración del cuarto curso intensivo para la enseñanza de nuestro idioma, que se extenderá durante un año.
Los 1070 nuevos pupilos estuvieron presentes en el acto de apertura, celebrado en la Plaza José Martí de Ciudad Tarará, al este de ciudad de La Habana. Con ellos, suman
2 022 los jóvenes chinos que estudian en Cuba, de los que un grupo numeroso se especializa además en medicina y enfermería.
El embajador del hermano país destacó los grandes logros de Cuba en materia educacional, razón que facilita la acogida de los estudiantes chinos, a los que llamó a estudiar arduamente.
Por su parte, Rubén Zardoya, rector de la Universidad de La Habana, expresó a los jóvenes recién llegados que «dos serán nuestros preceptos: amor y exigencia. Confiamos en ustedes». Una confianza a la que Leonor, nombre castellano de una de las estudiantes chinas, había apelado previamente: «Estudiaremos con tenacidad y energía. La ley natural recompensa al laborioso».