La Isla encabeza el desarrollo de esta rama en Latinoamérica junto a Argentina y Brasil, y lidera la región en la calidad y cantidad de los especialistas«El mundo reconoce nuestro desarrollo en esta especialidad científica y la alta capacidad de nuestro servicio meteorológico para detectar y enfrentar los desastres naturales».
Lo asegura el Doctor en Ciencias Físico-Matemáticas, Tomás Gutiérrez, director del Instituto Nacional de Meteorología y representante de Cuba en la Organización Meteorológica Mundial.
«Cuba es un ejemplo en este campo. Y si comparamos nuestro servicio con el béisbol —a propósito de los éxitos de nuestro equipo en Beijing— se puede decir que uno de los jonrones más grandes que ha bateado la Meteorología en estos 50 años, ha sido la automatización de nuestros ocho radares meteorológicos, y en esto es un país muy potente, como si fuera del Primer Mundo.
«Precisamente gracias a esos equipos, en todo momento estamos viendo qué es lo que está ocurriendo en la atmósfera, en qué lugar, para dónde se mueven los distintos sistemas, porque las imágenes se aprecian estáticas y en movimiento. Constituyen en realidad uno de nuestros grandes logros.
El director del Instituto Nacional de Meteorología, Doctor Tomás Gutiérrez, muestra la ubicación de los radares. Foto: Roberto Morejón «El Instituto Nacional de Meteorología ha mejorado, muchísimo, por supuesto, después del fortalecimiento de que ha sido objeto en los últimos años. A partir de las afectaciones a Cuba de los huracanes Charlie e Iván, como se sabe, el Comandante en Jefe decidió un fortalecimiento muy importante para nuestro servicio.
«Consistió fundamentalmente en adquirir la tecnología de avanzada para modernizar nuestra institución y sus radares en particular, que ya hoy cubren hasta el último milímetro del territorio cubano. Quiere decir que nuestro archipiélago está totalmente protegido por la vigilancia que ofrecen esos importantes equipos meteorológicos.
«Además, están automatizados, lo que hace posible apreciar inmediatamente la información que están dando, que viaja a través de nuestra red interna y es un avance considerable.
«Ese equipamiento es asistido por personas, pero puede ser también operado a distancia, por control remoto, y de hecho se hace, aunque está el observador, porque nosotros decimos que es muy importante que el hombre esté en contacto directo con los datos.
«Los radares están situados en Casablanca, en Ciudad de La Habana; en La Bajada, Pinar del Río; en Punta del Este, en la Isla de la Juventud; en el Pico San Juan —el lugar más alto del sistema montañoso Guamuhaya, en El Escambray—, en Cienfuegos; en la ciudad de Camagüey; en La Gran Piedra, en Santiago de Cuba; en Pilón, Granma, y el último en Loma del Paraíso, en Holguín.
«Esta modernización se ha logrado en radares que en su mayoría son de la década del 70, gracias al talento de nuestros ingenieros. Cuatro son rusos; tres japoneses y uno alemán. Este último posee el sistema doppler, el más nuevo de todos, que se adquirió gracias a un préstamo a largo plazo que nos hizo Venezuela, como parte del ALBA, a un costo aproximado de dos millones y medio de dólares.
«Es capaz de medir la distribución o velocidad interna de las partículas dentro de las nubes. Es un sistema como el de la pelota, cuando se mide la velocidad del lanzador, o como el de la pistola con que la policía de tránsito mide la velocidad a que viene un vehículo.
«La información de esos indispensables aparatos viene en forma digital. Con esta nueva tecnología ya se eliminaron miles de componentes electrónicos que tenían. Este moderno sistema se piensa instalar en todos nuestros radares. Se van a “dopplerizar”.
«Téngase en cuenta que hay algunos países de América Latina que tienen un solo radar. Nosotros, ocho. En todo el Caribe hay cinco o seis. Uno en Jamaica, otro en Trinidad y Tobago... y así, son realmente pocos los disponibles. Brasil y Argentina, tienen, pero no muchos».
La simulación del clima«Otro adelanto del Instituto es la denominada “modelación”, la simulación del clima. Estamos “corriendo” modelos físico-matemáticos que describen con elevada exactitud el comportamiento de la atmósfera.
«Se hace una “corrida” diaria de un modelo que se llama MM5, que describe el comportamiento futuro de la atmósfera. Lo hemos adaptado a nuestras condiciones y también nos sirve para pronosticar el tiempo.
«Tan novedoso y útil es que permite simular el clima para los años 2020, 2050, 2100, con unos modelos que hemos adaptado y “corrido” aquí, en coordinación, por supuesto, con distintos países. Y laboramos intensamente para hacer determinada contribución a la tecnología eólica».
Meteorólogos en toda Cuba«A pesar de todos estos avances tecnológicos, la diferencia más grande que tenemos, en comparación con lo que había en 1959, es el capital humano que acumulamos hoy gracias a los frutos de la educación y a la voluntad política de Fidel. Al triunfar la Revolución había un meteorólogo, tal vez dos o cuando más, tres. Ahora hay cientos. Hoy tenemos un centro meteorológico en cada una de las 14 provincias, y 68 estaciones meteorológicas, cada una con dos computadoras que tienen acceso a nuestra red y por ellas nos envían sus oportunos datos.
«En total la meteorología cubana se resume en 1 300 personas, de ellas más de 400 universitarios, más de 30 doctores y más de 80 másteres. Antes no teníamos gente, pero ahora dondequiera hay un meteorólogo. En el contexto de América Latina el mayor contraste está en la alta calificación de nuestro personal de Meteorología. Las tres naciones más avanzadas en nuestra rama en Latinoamérica son Brasil, Argentina y Cuba. Nosotros tal vez no compitamos en tecnología con esos dos gigantes sudamericanos, pero en capital humano estamos ahí-ahí».
Una gran armonía triple«Parecerá un juego de palabras, pero nuestra patria, que pertenece a la Organización Mundial de Meteorología, ha aportado muchas cosas a la Meteorología mundial. Una de las más importantes ha sido principalmente nuestra contribución a proteger vidas humanas. En nuestro país hay una gran armonía entre el servicio que presta nuestro Instituto, el trabajo que desarrolla la Defensa Civil y la divulgación que se ofrece por los medios de difusión masiva.
«Los tres factores trabajan muy unidos y con un solo objetivo: ¡salvar vidas humanas! Nosotros detectamos y pronosticamos cuando nos amenaza un ciclón, y seguimos con rigor sus pasos. El Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil alerta sobre las diferentes fases y medidas a tomar, como la evacuación, y enseguida están los medios masivos de información transmitiendo al pueblo lo necesario.
«En los demás países es muy difícil lograr esa triple armonía. Ello es una gran contribución, pues todo el mundo tiene un mismo propósito: que no haya muertos ni heridos.
«Nosotros poseemos más cultura en esta esfera que otras naciones. De vez en cuando alguien comete alguna imprudencia, sin embargo, eso no siempre se puede evitar. Se trata de minimizar todo tipo de daños o accidentes. El país hace todo el esfuerzo. La primera prioridad: el pueblo; después los recursos económicos, pero aquí se protegen y se evacuan hasta los perros, los gatos y algún que otro animal doméstico, hasta un puerquito; si es factible, se va también junto con el dueño.
«Nuestro plan es seguir asimilando tecnología de avanzada. Automatizar todas las estaciones. Ya tenemos automatizadas unas 20. Y seguimos. La perspectiva es automatizarlas todas. Que el dato meteorológico se tome directamente en ellas por censores, sin sustituir al hombre, que siempre es importante. Y aclaramos que eso no es para el próximo quinquenio, sino para dentro de dos o tres años.
«El país ayuda a otras naciones con personal técnico. Constantemente nos están solicitando la contribución de cubanos en varias esferas, como el pronóstico del tiempo, la agrometeorología, la climatología, en especial sobre el cambio climático. Nuestros compañeros están asesorando a otras naciones.
«¿El meteorólogo mayor? El líder de nuestra Revolución. Es el que a raíz del huracán Flora, en octubre de 1963, dictaminó la “voluntad hidráulica”; hizo el fortalecimiento del servicio en aquella época, de ahí que se lograran las estaciones que hoy tenemos, en colaboración con la URSS, gracias a él. Y con el esfuerzo del meteorólogo que se quedó aquí, se creó la escuela de meteorólogos, donde nos formamos. Con esa escuela se fortalecieron las estaciones, y ahora hay un nuevo fortalecimiento del servicio.
«La automatización de los radares es un gran paso, una nueva tecnología muy impactante. Antes todo era muy difícil, porque no se sabía ni dónde estaba el ciclón. Teníamos que hacer unos mapas, dibujarlos, y concluirlos duraba cuatro horas. Había que esperar a que terminaran todas las estaciones. Y cuando terminaban resultaba que no era exactamente así como creíamos.
«Ahora tenemos la información bastante exacta al segundo de producirse un hecho o un movimiento meteorológico. ¡Gracias a la automatización de los radares! Hay muchos “cabezones” en Meteorología en Cuba. Es difícil señalar al mejor. Sobresalen muchos compañeros. Y como se acerca el día de la FMC, debo decir que el 50 por ciento de nuestros trabajadores son mujeres, y juegan un papel esencial en la Meteorología. Sin ellas el servicio nuestro fuera muy diferente».