El injusto encarcelamiento de los cinco antiterroristas cubanos en Estados Unidos, o para ser más fiel a los conceptos, el secuestro de estos hombres a cargo de la Casa Blanca, fue el centro del Encuentro de Solidaridad Sindical celebrado este martes en el Palacio de las Convenciones de La Habana y presidido por el miembro del Buró Político del PCC, Salvador Valdés Mesa, Secretario General de la CTC.
Durante la cita, más de 1 400 representantes de lo más avanzado de América Latina y el mundo que compartió con nosotros la celebración del Primero de Mayo, coincidieron en que a pesar de lo hecho hasta hoy por la liberación de Ramón, René, Fernando, Gerardo y Antonio, aún queda mucho por emprender para derrumbar el muro de silencio impuesto por el gobierno norteamericano.
A pesar de que las más ínfimas interioridades del caso de los Cinco aparecen reflejadas en las actas del juicio, está ausente de la agenda informativa de los medios de la potencia norteña, sumiendo así al pueblo estadounidense en la ignorancia política y privándolo de su histórica capacidad contestataria ante la injusticia y la mentira.
Una vez más, a cargo de Ricardo Alarcón de Quesada, presidente del Parlamento cubano, quedó la develación de los atropellos y la violación de los derechos humanos, del Derecho norteamericano e internacional, cometidos durante estos diez años de proceso amañado, a pesar de que grupos de expertos de Naciones Unidas declararan, luego de una revisión del caso, su alta dosis de extremismo político y arbitrariedad contra quienes combatían el terrorismo de Estados Unidos contra la Isla.
Mientras estos hombres permanecen en cárceles de máxima seguridad, los actos terroristas cometidos por Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y otros soldados y protegidos de la mafia anticubana radicada en EE.UU., recibirían una vez más un homenaje en Miami, durante la víspera, como bien denunció Alarcón; un hecho que, muy al contrario del caso de los Cinco, sí es público. Buenos augurios y alabanza a quienes han desmembrado familias cubanas y latinoamericanas, intentado asesinar a Fidel, o han silenciado la palabra y frenado la acción de quienes no quisieron ver su casa convertida en el traspatio de Estados Unidos.
Por ello, la palabra de orden hoy es llegar a los 300 millones de ciudadanos norteamericanos, bombardear con mensajes e ideas a sus medios de comunicación, convencidos de que, como aseguró Alarcón, ninguna batalla judicial en Estados Unidos se ha ganado sin el apoyo de las masas. Una acción llamada a reforzarse en la jornada internacional por los Cinco, que tendrá lugar entre el próximo 12 de septiembre —cuando se cumplen los diez años de encarcelamiento— y el 8 de octubre, fecha que marca la caída del Che, uno de los más excelsos símbolo del internacionalismo.
Por otra parte, las 175 organizaciones sindicales, sociales, políticas, intelectuales y de solidaridad reunidas en La Habana, también expresaron su solidaridad con el pueblo y el gobierno de Bolivia ante las acciones desestabilizadoras que el imperialismo norteamericano, apoyado por la derecha interna y los intereses transnacionales, llevan a cabo con el objetivo de echar por tierra un proceso genuinamente boliviano, como bien alertó Fidel en la más reciente de sus Reflexiones.