Tubal Páez resultó reelecto como vicepresidente de la FELAP, donde se le rindió homenaje también a Guillermo Cabrera. Foto: Sergio Vásquez «Hoy, ante los retos de vida o muerte y la propia destrucción del planeta no se conciben organizaciones de periodistas que reciclen en la práctica profesional el periodismo basura, empalagado del sentido común dominante y ajeno al sentido crítico».
Así dijo recientemente Juan Carlos Camaño, presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) durante la celebración en Villa Gacel, Argentina, del X Congreso de esa organización, cuyos afiliados coincidieron en que es impostergable la lucha contra el modelo de comunicación hegemónico impuesto por los grandes centros de poder económico y político mundiales.
«Ningún periodista, por más honesto que se suponga, puede limitarse hoy a ser neutral frente a la barbarie de los saqueadores de la tierra. O se combate al crimen organizado por el capitalismo rapaz e inhumano, o se es cómplice de los sátrapas y sus satrapías. El llamado periodismo de las dos supuestas campanas, nacido de la escuela dura-blanda o blanda-dura de Estados Unidos, es un periodismo obsoleto frente a un mundo en llamas», dijo Camaño.
Los asistentes al evento concordaron en que es necesario anteponer la ética social a la profesional, porque los interminables genocidios provocados por la desigualdad, exigen ser mucho más que buenos periodistas, ser hombres y mujeres comprometidos en la lucha por la justicia social.
En el encuentro se le rindió homenaje al periodista cubano Guillermo Cabrera Álvarez, fallecido el 1ro. de julio de este año y quien desde su cargo de director del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, de la capital cubana, dio su contribución a la superación profesional y ética de muchos periodistas latinoamericanos.
Durante los debates y en las conclusiones del cónclave se destacó la necesidad de frenar el asesinato de periodistas. El año 2004 fue uno de los más trágicos para el periodismo, cuando hubo 117 asesinatos en el mundo, de los cuales 20 correspondieron a Latinoamérica.
Esa cifra superó la de 83 caídos en 2003 y se acercó al número récord de 154, registrado en 1994. También en 2004, México, con cinco víctimas, reemplazaba ya a Colombia (con tres) como el país más afectado.
En los últimos diez años, 1 200 periodistas fueron asesinados, expresó el 27 de septiembre pasado Mogens Schmidt, subdirector adjunto de Comunicación de la UNESCO, quien habló en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El funcionario agregó que en este año ya han muerto al menos 130 informadores, la mayoría en Iraq.
En la cita fue ratificado Tubal Páez, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, como vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas. «Trataremos de que todas las actividades que acometa la organización vayan encaminadas a lograr la justicia e igualdad social», dijo Tubal.