Foto: Rafael Estrada CAMAGÜEY.— Con solo dos años, el pequeño Alejandro Segura de Armas sorprende a grandes y chicos. Resulta que el bebé, aunque no sabe leer, es todo un personaje, porque su peculiar habilidad rebasa las expectativas de quien lo observa identificar sin equivocarse las 199 banderas que están recogidas en el libro Banderas del mundo, de Emilio L. Arias, publicado en la recién concluida XVI Feria Internacional del Libro.
Pero su destreza no termina ahí, pues además conoce a la perfección las de la Unión Europea, la Cruz Roja, la Media Luna Roja... hasta llegar a un total de 203 estandartes.
«Si usted no lo cree se las puede preguntar en cualquier orden que él es capaz de identificarlas rápidamente», aseguró a JR el doctor Bárbaro de Armas, abuelo del «pequeño prodigio» para muchos camagüeyanos.
Y ciertamente así quedó «boquiabierto» este equipo de periodistas al ver que lo mismo dice el nombre del país al ver su bandera, que cuando se le dice el nombre de alguna nación busca rápido la insignia correspondiente.
Pero lo del nenecito va mucho más allá de lo que se pueda imaginar, pues, también agrupa las banderas según sus características. Por ejemplo, las que son parecidas por tener listas, circunferencias, ramas de árboles, diseño y colores, asegura el doctor.
La historia comenzó cuando el abuelo leía en la cama el Diccionario Larousse, y entonces Alejandrito buscaba las banderas por su colorido.
Así la familia se fue dando cuenta de sus habilidades: «me preguntaba y yo le explicaba los detalles de cada una. Y en casi cinco meses Alejandro ha logrado memorizarlas todas, a pesar de su poca edad», confiesa Bárbaro.
Hoy el inquieto y curioso nené es capaz de diferenciar ilustraciones como diferentes tipos de aviones y barcos según sus funciones: de pasajeros, guerra o carga. Y aunque le resulte increíble también hojea el gran libro hasta encontrar mapas de regiones del mundo... todavía se equivoca, pero tiene algunos aciertos.
Su familia no quiere abusar de su ya demostrada y prodigiosa memoria. Tal vez en el futuro esta le ayude a convertirse en un excelente profesional o científico. Mientras tanto, el pequeño camagüeyano continuará sorprendiendo.