La dignidad de estos gorros se decide en la mesa. Y los comensales tan especiales de estos días en el Palacio de Convenciones parecen otorgársela. «La comida estuvo muy rica», dicen al salir de los restaurantes los delegados al Congreso. Quién lo negaría tras degustar unas deliciosas papitas fritas con pollo, jugo natural, refresco, pan con mantequilla, ensalada mixta, postre... «Pensamos todo el tiempo en ofrecerles a los niños cosas de comer que fueran de su preferencia», explicó Miguel Ortega, administrador de un restaurante.