La tecla del duende
Un cuarto de siglo después del primer encuentro, las Romerías de Mayo estremecieron la ciudad cubana de los parques. Y los tecleros no podían, no podíamos, faltar a la convocatoria. Cary, anfitriona de primer nivel, estuvo a tiempo completo con sus «muchachitas», repartiéndose por las múltiples locaciones holguineras que acogen el encuentro.
Con el mismo entusiasmo, este sábado se reunirán a las diez de la mañana en la Casa de la Prensa, para hablar de madres e historias. Como siempre, serán muchos los tópicos incluidos: entre tecleros caben todas las propuestas.
Y otro teclero holguinero, excelente anfitrión, es Rafael Velasco Aguilera, gran colaborador que nos envía lo siguiente: Es natural que te sientas desencantado / si las cosas no marchan como quisieras. / Es fácil pensar… / «No puedo, ¿a qué intentarlo?». / Pero por mucho que temas / cometer un error, por mucho que te desalientes, / no renuncies jamás… / Porque si no lo intentas / si no vas en pos de lo que deseas en la vida, / eso no vendrá a ti / y te verás forzado a conformarte / con algo que tú sabes / podría ser mejor… / El éxito no se mide por el triunfo / o el fracaso… / siempre hay algo de éxito,/ aun cuando las cosas no salen como quieres./ Lo importante es que /te sentirás mejor contigo mismo / por la simple razón / de que hiciste el intento. (Amanda Pierce)
Este sábado, a las tres de la tarde, los tecleros tuneros se reunirán en la Casa de la Décima, para homenajear a las madres.
La tertulia capitalina estuvo de madre... Reapareció Mignelys, Julio estuvo presente con sus postales elaboradas artesanalmente y hubo brindis para cerrar.
Odette: Regálame unas horas. Yo, a cambio, te daré mi vida. El dulcero.
Sol de muchas: Gracias por enseñarme los colores y las melodías de la vida y por demostrarme que un ser humano puede ser de hielo. Tu Luna.
Mi duendecillo: «Si no le dices lo que sientes, va a encontrar a otra persona que le dirá todo lo que quiere oír de tí». Tu duendecilla.
Mi niño: «Aunque estés lejos mi corazón siempre estará contigo. La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento». Tu bebé.