La tecla del duende
¿Por qué no hablamos de las ratas? Sí, más allá de la mueca de asco, de la alarma ante el peligro de enfermedades, del recuerdo de ambientes inmundos; esta increíble especie es, como todas, una biblioteca andante de estrategias de supervivencia. Lean lo que recogen los escritores Félix y Gabriela Guerra en su conmovedor libro Monte y ciervo herido...
Dos ratas roban huevos sin romperlos. ¿Cómo hacen? Una se echa bocarriba. La otra coloca un huevo entre las cuatro patas de la que se echó. A continuación la arrastra a la cueva, tirándola por el rabo. Repiten la operación, alternando las funciones de estibador y carretilla.
Biólogos españoles divisan un raro paisaje, difícil de explicar. Dos ratas caminan sujetando un mismo palito con las bocas. No comprenden. Deciden capturar al dúo. Ahora entienden. Una es ciega, la otra su lazarillo…
Encierran una rata con solo un litro de leche (con tapa plástica) sujeto a la pared de alambre de la jaula para que no caiga. Después de intentos infructuosos de roer el cristal o volcar el pomo, la rata sube y roe el plástico de la tapa. Luego, intenta meter la cabeza por la boca muy estrecha del pomo. Invierte entonces la posición: introduce la cola y con la cola a manera de cucharilla logra alimentarse.
La rata supera al hombre en muchas cosas. La higiene, por ejemplo, no es preocupación: está por inventar la inmundicia o hedor que la perturbe. La cofradía de las ratas suele vivir en armonía y trabajar de forma cooperada. Sus dientes, siempre en crecimiento, son el más terrible instrumento de destrucción animal jamás enfrentado por el hombre.
Los especialistas contemporáneos coinciden en que las ratas no deben ser erradicadas nunca del todo, sino mantenidas a un nivel controlado, pues resultan indispensables al equilibrio ecológico.
En las ciudades, por ejemplo, como son grandes degradadores de residuos, devoran o dispersan sustancias y materias que de otra forma provocarían un gran atoro en las cañerías.
Por otro lado... son alimento de aves como las lechuzas, que operan tanto en zonas rurales como urbanas. También constituyen el manjar para algunos gavilanes que resisten en la cadena alimentaria desde épocas inmemoriales...
De cualquier manera, la tarea de erradicar ratas y ratones sería tan ardua y prolongada como la conquista de la galaxia, adonde seguro el hombre los llevará durante sus viajes de exploración y descubrimiento…
Y otra vez en el ombligo de Cuba, el villaclareño Guaracabulla, nos reuniremos tecleros de varias provincias, para hablar de la mejor ocurrencia en nuestra vida. Será el domingo 10 de julio. La meta es asistir o enviar alguna iniciativa.
Cary: No te diré que sin ti muero, porque vivir sin ti, puedo. Lo que no quiero. Anthony
Yero: No pasa un segundo sin que algo me recuerde que existes. Milo