Los que soñamos por la oreja
En numerosas ocasiones, a la salida de un espectáculo musical coincidí en el tramo de retorno a casa con el desaparecido Miguel de la Uz. Como que ambos vivíamos en la calle Virtudes, en el barrio de San Leopoldo, en esos casuales intercambios aprovechábamos para dialogar sobre la función en la que habíamos estado o acerca de distintos tópicos del mundo musical cubano.
Uno de los temas obligados de nuestras charlas era la gran pasión que en los últimos tiempos animó a Miguel, es decir, el encuentro de cuartetos por él organizado. A propósito de uno de esos eventos, en una oportunidad me recomendó escuchar en cuanto yo pudiese, una nueva formación denominada Vocal Zambá. Se trataba de un quinteto, surgido por idea de Gisela Sosa, alguien que, como Miguelito, siempre ha tenido un profundo amor por las agrupaciones vocales.
Aunque el grupo se funda en marzo de 2008, mi primer encuentro con su propuesta data del cercano mes de abril, cuando coincidimos en el festival Piña Colada. Desde las páginas de Juventud Rebelde, al referirme a dicho evento, comenté en términos elogiosos la participación de Vocal Zambá en el mismo y que para entonces era un cuarteto, pues Gisela tuvo que abandonar el proyecto de forma temporal por encontrarse en labores en el extranjero.
El pasado jueves 5 y como parte de la programación musical en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, por espacio de algo más de hora y media tuve la suerte de disfrutar de una presentación de Vocal Zambá, que no dudo en catalogar como un concierto de excelencia. Bajo el título de Cantando sueños, la función propició escuchar el repertorio del ensamble tanto en su actual formación de cuarteto como en la anterior de quinteto, ya que la actuación coincidió con las vacaciones en Cuba de la primera directora de la agrupación.
Creo que uno de los elementos que hacen tremendamente atractivo el trabajo de Vocal Zambá es el criterio con el que escogen el material interpretado por ellos, como pudo apreciarse en su cercano concierto. La amplitud de intereses musicales que poseen, hace que por igual se motiven a montar una canción clásica de la Nueva Trova, un son, algo jazzístico internacional o un tema procedente de la New Age Music.
Otro rasgo distintivo de la propuesta del grupo es que, en lo fundamental, sus interpretaciones son hechas a capella, con lo que retoman un estilo que ha figurado en el quehacer de no pocas formaciones vocales de nuestro país, pero que hoy no está muy en boga. En ese sentido, los arreglos del ensamble, concebidos por Hakely Nakao y Danarys Betancourt, parten del concepto de mover todo lo posible las voces de la agrupación desde el punto de vista armónico, con lo cual por momentos como oyente uno experimenta la sensación de no estar ante un cuarteto sino ante un coro, en el que encontramos registros que van desde los emitidos por una mezzosoprano, hasta los de un formidable bajo, a cargo de la voz masculina del colectivo.
Con participación de Eduardo Sosa, Pepe Ordás, Arnaldo Rodríguez y Raúl Torres y su grupo como invitados, los mejores instantes del concierto Cantando sueños fueron, en mi opinión, las interpretaciones de Nevasca, original de Raúl Torres y con un muy llamativo arreglo de Danarys Betancourt, Only time, tema conocidísimo de Enya y en el que Hakely Nakao hizo un admirable trabajo de transcripción de la orquestación instrumental de la pieza para reacomodarla a las voces, y sobre todo, No olvides que una vez tú fuiste sol, composición de Augusto Blanca en electrizante versión de Vocal Zambá junto a Eduardo Sosa, y que le hace a uno agradecer la existencia de la música.
En una función caracterizada por el buen desempeño del audio y en la que lamento que no quedase grabado registro alguno, así como que en el programa de mano no se incluyesen los nombres de las tres muchachas y el muchacho del cuarteto, gente que por demás transmiten mucha alegría al cantar y la seguridad de que creen en lo que hacen, pensé en lo que Miguel de la Uz me afirmaba en cuanto a la subutilización que entre nosotros hoy prevalece con respecto a esta clase de formaciones, tan dúctiles para figurar en cualquier clase de espectáculos de primer nivel.