Los que soñamos por la oreja
Es significativo que en contraste con el nulo o escaso interés que el rock hecho en Cuba ha motivado entre nuestras disqueras, internacionalmente haya propiciado la creación de más de un sello discográfico, con miras a poner en circulación material de bandas de la Isla. En los 90, se recuerda el caso de la compañía mexicana Luna Negra, de inicio fundada para editar trabajos de grupos de nuestro país en la línea del rock progresivo y experimental, importantísima labor que posibilitó dejar testimonio sonoro de agrupaciones como Naranja Mecánica, Música d’Repuesto y Perfume de Mujer.
Ahora, la historia se repite. El 7 de febrero de 2007 nació en Francia el sello independiente Brutal Beatdown Records, con el objetivo de romper en el mercado el vacío existente en relación con el metal extremo facturado en Cuba. David Chapet, máximo impulsor del proyecto, ha sido toda su vida un amante de las distintas corrientes metaleras, y cuando un día se puso a buscar producciones cubanas de dicho corte en catálogos de diferentes partes del mundo, se dio cuenta de que no existía nada al respecto y de ahí nació la idea de crear una compañía que intentase abarcar un nicho hasta el presente no cubierto.
El primer producto que saca Brutal Beatdown Records es el CD compilatorio titulado Not salsa, just brutal music: Cuba’s Hardest, álbum contentivo de diez bandas cubanas de nuestra escena de hardcore y metal, grabado entre marzo y diciembre de 2007. Si bien en discos anteriores como el fonograma Territorio libre, realizado en el 2003 por la EGREM, hay una fuerte presencia de grupos cultores de lo que se ha dado en llamar «metal extremo» (término que, como he expresado en otras oportunidades, no me parece del todo apropiado), nunca se había editado un CD dedicado por completo a estas variantes del rock en Cuba, sin discusión alguna las más populares entre la actual fanaticada de la Isla.
Dirigido hacia circuitos independientes de distribución y comercialización, Not salsa, just brutal music... tiene el mérito de promover a escala internacional parte del activo universo del underground cubano. Quizá el que medite en la crisis que hoy vive el mercado discográfico en el mundo entero, pensaría que este es un proyecto suicida y tal vez lo sea, pero quien no se arriesga, ni gana ni pierde y cuando uno escucha el material en su conjunto, se percata de las muchas ganas que aquí han puesto las bandas involucradas, la discográfica y el personal técnico.
En el álbum, que cuenta con un folleto de 12 paginillas de texto y fotos (cosa excepcional entre los discos dedicados al rock hecho por cubanos), aparecen las agrupaciones Escape, Medula, Switch, Blinder, Combat Noise, Demencia, Arrabio, Chlover, Estigma y Azotobacter, cada una con dos temas, a los que se suma un corte instrumental de la tecladista Jennifer Hernández, y que funciona a manera de interludio. Otro mérito del CD es la calidad promedio de la grabación, en la que quiero resaltar el empleo de baterías reales (para mi gusto con un sonido bastante plano y que pudo tener una mejor ecualización), porque dadas las limitaciones de nuestras bandas para acceder a estudios profesionales, por lo general en los demos que hacen circular trabajan con máquinas de ritmo y secuenciadores en vez de drum, algo que ya no se admite internacionalmente ni para cintas demostrativas.
Hardcore, death brutal metal, pasajes de teclados a modo de complemento, poderosos riffs guitarreros, clásicas voces guturales y mucha agresividad sonora, son algunos de los principales elementos que distinguen todo el fonograma. En lo personal habría preferido encontrar una mayor diversidad estilística en el repertorio escogido para el CD, pero entiendo que sus productores han pretendido ofrecer una visión específica en torno al metal que se hace en nuestro país.
Quienes deseen tener una idea de por dónde va este trabajo, pueden darse una vuelta el próximo sábado 31 de mayo por el Salón Rosado de la Tropical, donde se efectuará un gran concierto en el que actuarán las diez bandas incluidas en Not salsa, just brutal music: Cuba’s Hardest, disco que, al margen de posibles imperfecciones, es ya un hecho histórico en la historia del rock en Cuba.