Los que soñamos por la oreja
Tras unas semanas en las que nuestra sección no veía la luz, aquí estamos con las pilas puestas y muchísimas ganas de soñar por la oreja en el 2008. Tengo en mi mesa de trabajo varias producciones discográficas para comentar en próximas emisiones de este espacio. Por lo pronto, hoy hablaré un poco de recientes noticias de la escena cubana de rock.
Por fortuna, parece que la programación de conciertos del género recobra la estabilidad de antaño, entre otras razones gracias al incipiente quehacer de la Agencia Cubana de Rock, institución aparecida hace solo unos meses y a la que, en mi opinión, hay que darle un tiempo para entonces poder valorar su desempeño. Entre los espacios que se han abierto, están las peñas que los fines de semana se realizan en el club Atelier, situado en la esquina de 17 y 6 en el Vedado habanero.
Los sábados entre las cuatro de la tarde y las nueve de la noche, allí se ha estado presentando la muy popular banda Escape. Por cierto, estos capitalinos han puesto en circulación hace muy poco su más reciente trabajo fonográfico, la producción independiente titulada The beginning of the end. El álbum cuenta con diez temas y la producción del mismo, así como el diseño gráfico de su portada, han estado a cargo del bajista de la banda, Alejandro de la Torre.
La otra peña que se celebra en el Atelier, transcurre los domingos en idéntico horario y posee como anfitrión al conductor radial y ex vocalista de antiguas bandas, Juanito Camacho. En el espacio, que hasta la fecha ha tenido cuatro ediciones, se proyectan videos, se escucha música grabada y actúan grupos de los disímiles estilos que abarca el rock, con miras a demostrar que entre nosotros no solo se abrazan las tendencias más metaleras. Concurrí a uno de estos encuentros, en los que actuó la agrupación Odisea, cuarteto que se mueve entre los aires del hard, el heavy y pinceladas progresivas.
Hacía mucho tiempo que yo no visitaba ninguno de los centros que, como el Atelier, conforman una red de clubes, que en la actualidad se está intentando revitalizar. Algo me llamó la atención y me ocurrió justo a la entrada del centro, donde el portero (dicho sea de paso, una persona muy gentil), para permitir el acceso al local pide el Carné de Identidad de cada visitante y anota en un registro los números de dicho documento.
Nunca en mis viejas andanzas por esta clase de centros me había ocurrido cosa semejante y al preguntarle al compañero las razones de dicha medida, me explicó que era una orientación establecida para toda la red de clubes. Sinceramente pienso que es digno de elogio que quienes rigen la actividad de tales espacios se preocupen por la preservación del debido orden en los mismos, pero de eso a la anécdota que les acabo de contar, va un trecho enorme y a la verdad, no hay que exagerar.
Por otra parte, la compañía francesa Brutal Beatdown Records ha anunciado que en próximas semanas, presentará al mercado internacional el CD No salsa, just brutal music: Cuba’s Hardest, un compilatorio de bandas metaleras cubanas. En el disco, entre otras agrupaciones aparecen Combat Noise, Médula, Blinder, Demencia, Arrabio, Switch, Estigma, Azotobacter, Chlover y Escape. El fonograma, en la actualidad en fase de masterización, reúne 21 temas de los grupos participantes.
Igualmente, se ha sabido que la banda cardenense Rice and Beans está grabando un disco bajo el nombre tentativo de Arsenic compound. En el futuro álbum de dicho grupo, en mi criterio uno de los más compactos de la actual escena cubana de rock, se aspiran a incluir 12 piezas y si la suerte les acompaña, el material saldría publicado por el sello Colibrí. Ojalá que sea así, pues los de Rice and Beans se lo han ganado con su ingente quehacer durante años.
Y una última información. La edición española de la prestigiosa revista Metal Hammer, en su número 241 de diciembre de 2007, ha sacado una entrevista con la banda pinareña Tendencia. En dicha publicación se habla de la gira que este grupo de etno metal planea hacer con Fe de Ratas, de España, y Paúl Gillman, de Venezuela. En fin, que pese a las dificultades, con respecto al rock nacional puede afirmarse aquello de ¡pero se mueve!