Los que soñamos por la oreja
Jorge Rafael López, primero bajista y ahora vocalista de de Médula, es el autor del proyecto Mala Bizta Sochal Klu. A partir de las últimas décadas del siglo XX, vivimos un proceso cada vez más evidente de interrelación de los saberes. Hoy, se nos hace consciente que es posible encontrar aspectos comunes en fenómenos sin relación aparente o explícita: pintura, música popular, literatura, cine, arquitectura, telenovela, publicidad, sistemas filosóficos, teorías científicas, tecnología... De ello se desprende que resulta imprescindible acometer investigaciones que persigan como objetivo develar la naturaleza no únicamente de los hechos históricos sino, sobre todo, de las mentalidades.
Lo anterior viene a colación a propósito de una propuesta artística surgida en Pinar del Río, que no puede ser vista solo como un hecho musical sino como un típico producto del nuevo pensamiento sociocultural, desarrollado en nuestro país desde fines de la década de 1980 hacia acá. Mala Bizta Sochal Klu es un proyecto personal de Jorge Rafael López, conocido inicialmente como bajista de la banda vueltabajera de hardcore nombrada Médula, y en el presente, uno de los dos vocalistas de dicha agrupación.
En M.B.S.K. a partir de la filosofía del «do it yourself», Jorge Rafael deviene hombre orquesta. Así, se encarga de los distintos instrumentos empleados, los samplers, las máquinas, la programación y de componer el material que interpreta y luego autoproduce. El mismo creador también corre a cargo con los videos y performances del proyecto. Desde el punto de vista musical, el signo predominante en el trabajo, según lo que he podido escuchar, es la experimentación con distintas tendencias y estilos, que van del hardcore, la electrónica, a componentes de la cultura hip hop.
Las intenciones de Jorge Rafael de ir más allá de lo meramente sonoro se percibe desde el nombre que le da a su proyecto. Mala Bizta Sochal Klu como denominación conlleva una elevada dosis de ironía, de acuerdo con el carácter performático que se le asigna en general a la propuesta. Como el propio hacedor de la idea ha expresado, la misma encierra un tácito homenaje a todos esos artistas que en nuestro país han sido ignorados, tanto por la industria discográfica local y foránea, como por los medios de comunicación, en muchos casos gente talentosa que se ha mantenido fiel a sus ideales, al margen de saber que el precio de no hacer concesiones es no salir del anonimato.
La proyección ideoestética de Jorge Rafael López está relacionada con presupuestos conceptuales como los defendidos en el espacio denominado La Partidera, que ha tenido por sede a La Madriguera, lugar donde radica la Asociación Hermanos Saíz de Ciudad de La Habana. Dichos encuentros han estado organizados por el productor Yimi Konclaze y han perseguido como objetivo mostrar y promocionar a destacados exponentes de la cultura hip hop en relación con manifestaciones adyacentes como la fotografía, el audiovisual y la plástica, con el elemento graffiti.
En un idéntico sentido, Mala Bizta Sochal Klu se ha vinculado a raperos como los pinareños Dos Veces Yo y Los Compinches, o los capitalinos Papá Humbertico y Su Mano Armada, Maikel Extremo, Los Aldeanos, Randy Acosta, Anderson, entre otros. No sorprende, entonces, que con esos referentes del hip hop más combativo de nuestra escena, en el discurso defendido por Jorge Rafael haya una elevada dosis de irreverencia y una remarcada vocación sociológica a la hora de reflejar su entorno y dialogar con este, todo dentro de los códigos de una estética urbana.
Los que gustan de las sonoridades fuertes del hardcore y en general de las atmósferas del rock, igualmente pueden sentirse identificados con lo que nos propone M.B.S.K. En cortes como Zeppelín hop, Negro y Más crudo, nos topamos con una de las aristas del quehacer del proyecto pinareño, la de versionar —a partir de un enfoque apropiativo— temas rockeros muy populares en el pasado (Whole lotta love, de Led Ze-
ppelín; Back in black, de ACDC, y Crudo, de Garaje H). En el plano del audiovisual, Jorge Rafael también es responsable de los cortos Jabones y La barca, recibidos favorablemente por el público y la crítica. Propuesta que ya sea mediante el humor o la osadía es de corte dialógico, M.B.S.K. resulta un nombre que hay que seguir.