Los que soñamos por la oreja
Resulta impresionante el desarrollo registrado entre los ejecutantes de la guitarra eléctrica en cuestión de unas pocas décadas. A cada rato nos sorprende un nuevo nombre que se revela como un maestro del instrumento de las seis cuerdas. Uno que está captando la atención de numerosos seguidores en el presente es Nguyên Lê, guitarrista nacido en París (1959) en el seno de una familia vietnamita radicada en Francia, condición que de un modo u otro marca al músico en su obra creativa.
Como muchos instrumentistas de su generación, de inicio el interés de Nguyên Lê por la música estuvo relacionado con el quehacer de bandas como los británicos de Deep Purple y otros exponentes del hard rock. Al paso del tiempo, su atención comenzó a centrarse en lo llevado a cabo por artistas al corte de King Crimson, Genesis y la Mahavishnu Orchestra, hasta adentrarse por los caminos del jazz y descubrir a figuras de la talla de Wes Montgomery y Django Reinhardt. Pero lo que le hizo levitar definitivamente fue el descubrimiento del trabajo de Jimmy Hendrix.
Un rasgo que tampoco debe obviarse al acercarnos a lo hecho por Lê y que en mi opinión le singulariza, viene dado por su particular experiencia como habitante del barrio parisino de Barbès, un sitio caracterizado por el encuentro de múltiples culturas en sus calles al vivir en ellas distintas comunidades de inmigrantes. Tal condición implica que Nguyên haya sentido la influencia de las músicas del mundo provenientes de expresiones sonoras como las del norte de África, del Subsahara, Oriente Medio, algo del subcontinente indio y del Sudeste Asiático, así como la indeleble huella del jazz, el rock y la electrónica. De hecho, él es un artista ecléctico, ejemplo de lo que es un sujeto multicultural.
Tan rico legado se percibe en la discografía de Lê, la cual abarca títulos como Tales from Vietnam (1995), Three trios (1996), Bakida (1999), Purple, Celebrating Jimi Hendrix (2002) y Walking on the Tiger’s Tail (2005), todos editados por la compañía ACT. En ellos se denota un interés expresivo multidireccional y que le lleva a hacer suyos motivos de las músicas del Magreb, del folclor mediterráneo, del jazz de vanguardia y hasta de sones aflamencados, aunque siempre con el jazz rock como línea central de cuanto propone a las audiencias.
Entre los álbumes de Nguyên Lê, creo que uno de los más llamativos es Tales from Vietnam, que además de ser un ejercicio de catarsis a propósito de una cultura ancestral, nos demuestra las posibilidades que ofrece la música vietnamita. De singular belleza en especial en el diseño de las líneas melódicas, para la grabación del CD el guitarrista contó con el apoyo del notable percusionista indio Trilok Gurtu y de la cantante Huong Thanh, dos pilares a la hora de proponernos un trabajo que transita por atmósferas que nos evocan a China y la India.
Por su parte, en el fonograma con el que rinde tributo al extraordinario Jimi Hendrix, Nguyên hace versiones a temas compuestos e interpretados por el gran genio de Seattle, que en los arreglos de Lê se asumen desde una actitud jazzística y con el espíritu con el que se tocan los standards. Con ello se resalta el papel de Hendrix como compositor más que su rol de instrumentista, algo contrario a lo que suele ocurrir frecuentemente. El repertorio escogido para el homenaje se arma con piezas que no son de las más conocidas de Jimi, algo que estimo como otro acierto del disco Purple, Celebrating Jimmy Hendrix.
Canciones como la épica Burning of the midnight lamp, sirven para que Nguyên demuestre sus dotes para los solos extáticos, construidos en busca del clímax. Por su parte, en la mítica Purple haze Lê se explaya como para decirnos que él es dueño de un sólido sentido del funk. Pero el corte que me resulta más logrado es Are you experienced?, donde a los aires del jazz y el rock se añaden las esencias asiáticas, evidenciadas en la utilización de escalas orientales y los vaporosos ambientes de músicas como las de Vietnam, China e India. He ahí un camino por el que Nguyên Lê deberá transitar, pues con ello se desmarca de otros tantos héroes guitarrísticos de nuestros días.