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«Petraeus, Odierno insubordinados», este titular bien fuerte empleó el sitio Antiwar.com para presentar el comentario que Gareth Porter, de IPS, hiciera sobre los aparentes debates entre los jefes militares estadounidenses y el nuevo ejecutivo de la Casa Blanca respecto al punto focal principal de los ocho años de desgobierno de George W. Bush: la guerra de Iraq.
Los británicos saben que es tiempo del ocaso. Foto: Reuters Recordemos que durante su campaña electoral en busca de la presidencia, Barack Obama prometió la retirada de las tropas de combate norteamericanas del país mesopotámico en un plazo de 16 meses, y está ya en la posición de ejecutar el ofrecimiento, pero...
Se dice que en la primera reunión de trabajo en la Oficina Oval, el 21 de enero de 2001, el jefe del CENTCOM (Comando Central), general David Petraeus, trató de convencerlo de que el único retiro aceptable era el de esa propuesta de irse de Iraq, y el militar no estuvo solo, contó con el apoyo del secretario de Defensa Robert Gates y del jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen. Como respuesta, Obama se mantuvo firme y les ordenó la presentación de un rápido plan de retirada.
¿Acaso esto terminó el conflicto? Nada de eso, y de ahí el epíteto de «insubordinados» no solo para Petraeus, sino también para el general Ray Odierno, el comandante de todas las tropas en Iraq, quien al parecer también trata de mantenerse como ocupante permanente, y no es el único, pues el periodista Gareth Porter indica en su análisis que hay una red de altos oficiales que están preparando «una movilización de la opinión pública contra la decisión de Obama».
En casos como estos, las fuentes que requieren anonimato crecen como la verdolaga y dan informaciones, que pueden ser ciertas o no, aunque aquí podría aplicarse el viejo refrán de «cuando el río suena es porque piedras trae». Así, el artículo de IPS cita a un miembro del personal de la Casa Blanca con esta aseveración contundente que registra al desacuerdo: «Petraeus cometió el error de pensar que él todavía estaba tratando con George W. Bush en lugar de con Barack Obama».
Cuando el nuevo presidente de EE.UU. no es el único que habla de salirse del escenario bélico —pues este lunes el mayor general Andy Salmon, comandante de las fuerzas de la coalición en el sudeste iraquí, dejó claro que los efectivos británicos están ya en vías de comenzar a dejar ese país para el 31 de mayo, y para el 31 de julio ya estarán todos afuera, como es la decisión del primer ministro Gordon Brown—, resulta contradictoria la posición de los militares aupados al mando durante la época bushiana.
Pero la insistencia de quienes «comen» de la guerra es evidente. El general Odierno, en una entrevista concedida al diario The New York Times y publicada el 29 de enero, argumentó un plan «más lento» y hasta dijo que Obama estaba «abierto a alternativas».
Y si esto no es campaña contra la retirada de Iraq que venga el diablo y lo desmienta. Tal y como sucedió habitualmente durante el mandato bushiano, cuando un grupo de militares retirados hicieron el papel de comentaristas y analistas en importantes programas y cadenas de televisión estadounidenses para «vender» las guerras y las mentiras que llevaron a ellas, recién en el programa NewsHour, del afamado periodista Jim Lehrer, se presentó el general retirado Jack Keane, uno de los promotores del aumento de tropas en Iraq que debía terminar con la violencia y la resistencia, y argumentó que implementar la retirada de las tropas de combate «incrementaría el riesgo dramáticamente», podría amenazar «la estable situación política en Iraq» y eso era «inaceptable».
También es fuerte la palabrita empleada por el mentor del general Petraeus, y casi no deja lugar a dudas de que Antiwar hizo un uso correcto del término «insubordinación». Por lo pronto, también se supo que las mayores compañías de armamentos de Estados Unidos incrementaron fuertemente —casi doblaron— sus presupuestos para hacer cabildeo en Washington durante el año 2008, cuando ya se anunciaba la posibilidad de concluir la guerra de Iraq. No es cosa que se les caigan los contratos del Pentágono y en sus anuncios ya llaman la atención acerca de que en estos tiempos malos arrojaría a decenas de miles de norteamericanos sin trabajo a las calles.
Los fariseos siempre saben cuándo y cómo sacar las garras.
El tira y encoge está en vigor, ya veremos por dónde parte la soga...