Frente al espejo
«De historias como las de Joao (La libertad en una gota de agua, Juana Carrasco Martín, 11 de noviembre), así de conmovedoras hay muchas en Angola y en África; recuerdo cuando mi padrastro estaba allá, en algún sitio, y le mandó a mi mamá una carta con una rosa que quedó luego de un morterazo. Fallecieron unos, otros fueron heridos, pero dentro de aquella pesadilla tuvo tiempo de recoger lo que quedó del rosal y enviárselo a su amor. Luego nos contó cómo esperaban aquel silbido horrible… hasta que se apagara, sin saber si iban a salir de aquello… Fueron tiempos difíciles, hoy son otros. Gracias por esta historia». (Francis)
«Al observar la bella y emotiva gala de homenaje (Gloria escrita con sangre angolana y cubana, Marylín Luis Grillo, 12 de noviembre) me vinieron a la mente muchos momentos que vivimos los cubanos, cuando conocíamos de los jóvenes y menos jóvenes que partían hacia Angola, que los recibía con amor. Todos iban dispuestos a participar en la liberación no solo de Angola, sino de otros pueblos africanos. Nunca observé en esos valerosos compañeros un gesto de miedo, ni tampoco de preocupación por si les tocaba caer en combate. Solo pensaban que iban a cuidarse para regresar a la patria con el deber cumplido. Qué hermoso fue cuando comenzaron a llegar con la misión realizada, sabedores de que su pueblo y su familia los estábamos esperando con los brazos abiertos.
«Rindo mi modesto reconocimiento a esos hombres que hoy han sido condecorados, a los que antes recibieron esas condecoraciones y mi más profundo reconocimiento para el hombre grande de esta patria, nuestro Comandante en Jefe Fidel, que supo desde la distancia estar allí junto a los hombres y mujeres que se encontraban luchando, dándoles aliento y las precisas orientaciones. A todos ellos, y a los que hoy no han podido observar esta bella gala porque ya no están, mi reconocimiento más sincero». (Lázaro Tito Valdés León)