Frente al espejo
«En mi infancia los padres y abuelos enseñaban a mirar a ambos lados de la calle —no importaba si era de un sentido o de dos— antes de cruzar la calle; a no distraerse al hacerlo; a esperar a que pusieran la luz roja si al llegar al semáforo estaba ya puesta, de modo que no te sorprendiera la verde en medio del cruce. Y en aquella época ni soñar con los dispositivos portátiles soportados en la oreja. Hoy lo primero se ha olvidado y es frecuente lo segundo (Imprudencia letal, fotorreportaje de Roberto Ruiz y Roberto Morejón, 27 de febrero). La mayor parte de mi vida he sido peatón y muy poco tiempo conductor de vehículo automotor; por ello recomiendo que, si desean ejemplos de cuanto digo, miren a ambos lados de la intersección de J y 23, en el Vedado: peatones que no cuidan su vida porque está arraigado que “el chofer no puede atropellarme, pues va preso”. El chofer puede ir a cumplir sanción, pero el muerto... ¿para dónde va? ¿Y si al vehículo le fallan los frenos o la dirección? ¿Si patina? ¿Si el conductor sufre un accidente cerebrovascular en ese instante o lo enceguecen las luces? La vida es muy preciada para arriesgarla tan fácilmente. Los peatones deben tener cuidado en la vía…». (Josem)